Archive for the ‘Uranio Empobrecido/ Depleted Uranium’ Category

El principio de precaución puesto en práctica. Contra la aceptación de las armas de uranio empobrecido

13 noviembre, 2012

Coalición Internacional para la Prohibición del Uranio Empobrecido, 1 de octubre de 2012
IraqSolidaridad

Traducido del inglés para IraqSolidaridad por Nadia Hindi y Paloma Valverde
Edición: IraqSolidaridad

La traducción que presentamos a continuación es un resumen realizado por los autores de su propio informe, el cual va dirigido a los responsables políticos y activistas y valora la aceptabilidad de las armas de uranio empobrecido mediante las interpretaciones más comunes del principio de precaución. Se plantea si el criterio de precaución debe aplicarse al uranio empobrecido y si su uso podría ser compatible con los valores de precaución.
[El texto completo en inglés, en formato pdf, está disponible aquí]
IraqSolidaridad

Bombas de racimo

Bombas de racimo

Introducción
Las armas de uranio empobrecido han supuesto una controversia añadida a los arsenales de armas convencionales desde que se iniciara su desarrollo con la Guerra Fría. En los últimos años la oposición a su uso ha variado en intensidad, aunque esta oposición ha tendido a estar estrechamente relacionada con el despliegue de las armas de uranio empobrecido en los conflictos bélicos. Sin embargo, a lo largo de todo este periodo ha quedado claro —gracias a los debates parlamentarios y, más recientemente, a los proyectos de ley, mociones y resoluciones adoptadas— que el uso de munición con uranio empobrecido es, para la mayoría de las personas, esencialmente inaceptable.

La estigmatización de las armas inhumanas e inaceptables ha sido clave para extender el alcance de los tratados internacionales que prohíben las minas antipersona y las bombas de racimo. Sin embargo, mientras el uranio empobrecido ha mostrado, hasta cierto punto, como un arma autoestigmatizada — las pruebas de ello han quedado claramente demostradas por las enérgicas estrategias promocionales de sus defensores—, la dificultad de establecer una relación causal entre su utilización y las consecuencias en los seres humanos requiere un enfoque diferente al que se ha aplicado históricamente a las armas explosivas para poder juzgar su aceptabilidad.

A lo largo de los últimos tres años, la Coalición Internacional para la Prohibición del Uranio Empobrecido (ICBUW en sus siglas en inglés) ha aplicado el enfoque preventivo sobre diferentes aspectos de lo que sigue siendo un problema complejo: desde lo que se sabe sobre el uranio empobrecido como material y cómo se regula en tiempos de paz, hasta cómo y dónde se utiliza en los conflictos, cómo se gestiona tras la finalización de los conflictos y, lo más importante, los cálculos de costes y beneficios con relación a su utilización.

El objetivo de este informe es analizar los resultados de la investigación de la ICBUW sobre la prevención, así como, ese es nuestro deseo, proporcionar a los legisladores medios accesibles para valorar la aceptación del uso del uranio empobrecido en las armas convencionales.

¿Un papel para la prevención?
«[…] Cuando una actividad representa una amenaza dañina para la salud del ser humano o del medio ambiente, las medidas cautelares se deben tomar a pesar de que algunas relaciones de causa y efecto no estén completa y científicamente establecidas.»Comisión Europea.

Desde el principio, la ICBUW ha considerado que cualquier enfoque preventivo exigiría una evaluación exhaustiva de las propiedades del uranio empobrecido, la naturaleza de su utilización en los conflictos y las limitaciones en la gestión de la contaminación tras el conflicto. Además, considerábamos que las indicaciones de las líneas a seguir debían derivar de una evaluación crítica del coste sobre la población civil y sobre los gobiernos afectados, así como de los beneficios que los ejércitos reclaman por su utilización.

Ejemplos tomados del Derecho medio ambiental, del Derecho humanitario internacional y de la Convención sobre municiones de racimo demuestran que, aunque en el mundo no se ha aceptado legalmente ninguna interpretación del principio de prevención, el pensamiento y los enfoques de prevención se han generalizado en los ámbitos pertinentes y en los campos relativos a la ley y a las normas.

En tiempos de paz, el punto de vista preventivo es ahora la norma para reducir la exposición del hombre a las sustancias peligrosas. A medida que el legado del uranio empobrecido perdura más allá del final de los conflictos, es razonable sugerir que tal enfoque está justificado de cara a proteger la salud humana. Sin lugar a dudas también se pueden extraer lecciones de cómo los gobiernos gestionarían las emisiones de uranio empobrecido a gran escala en virtud de sus propios marcos normativos nacionales.

La ICBUW considera que actualmente se dispone de las suficientes pruebas para ir más allá del umbral de lo plausible, es decir, que a pesar de que puedan quedar ciertas dudas, se conoce lo suficiente acerca de la naturaleza de los riesgos potenciales para la población civil y de los costes de la no actuación, para apoyar la adopción de un enfoque preventivo.

La ICBUW no es la única que aboga por enfoque basado en la prevención. La Royal Society de Reino Unido propuso una serie de medidas preventivas en respuesta a las dudas científicas que surgieron a raíz de la detallada investigación sobre los potenciales efectos del uso de uranio empobrecido en la salud. Del mismo modo, el Programa medio ambiental de Naciones Unidas, tras su investigación en las zonas de los Balcanes en las que se atacó con uranio empobrecido, hizo un llamamiento específico para llevar a cabo una labor preventiva mediante programas de sensibilización sobre los riesgos y la descontaminación. En 2010, en un informe dirigido al Secretario general de Naciones Unidas, se volvió a realizar el mismo llamamiento. La OMS también publicó una serie de directrices preventivas de cara a reducir los riesgos para la población civil en las zonas en las que se ha utilizado uranio empobrecido.

Efectos del uranio empobrecido. (Dr. Jenan Hassan)

Efectos del uranio empobrecido. (Dr. Jenan Hassan)

¿Es un peligro el uranio empobrecido?
«[…] el Ministerio de Defensa [británico], basándose, entre otros, en los informes de la Royal Society, no considera que el uranio empobrecido sea ‘seguro’. Es peligroso (considerando la distinción aceptada entre salud y seguridad y los conceptos de peligro y riesgo)». Dr. Liam Fox, Ministro de Defensa del Reino Unido, 2011.

La toxicidad química y la radioactividad del uranio empobrecido se reconocen como peligrosas cuando se combinan con su tendencia a la combustión y a formar partículas de un tamaño que hacen que se inhalen en la respiración. El uranio empobrecido se ha estudiado en profundidad y se han llevado a cabo gran cantidad de investigaciones —muchas de ellas a cargo de los militares estadounidenses— que indican que el uranio empobrecido puede tener un impacto sobre la salud gracias una variedad de diferentes mecanismos químicos y de radiación inducida. Gran parte de estas investigaciones son posteriores a la muy citada monografía de la OMS sobre los riesgos del uranio empobrecido y al estudio de la Royal Society de Reino Unido.

Al ser desechos radioactivos de nivel medio, su almacenamiento, uso, transporte y eliminación está muy regulado en tiempos de paz. Las normas civiles de protección frente a la radiación intentan evitar, siempre que sea posible, exposiciones innecesarias así como que cualquier exposición debe estar justificada sobre la base de unos beneficios mayores.

A través de programas de sensibilización sobre los riesgos y llevando a cabo el control sanitario necesario, el ejército ha adoptado un punto de vista preventivo para evitar las exposiciones innecesarias al uranio empobrecido. Quienes están en relación con el uranio empobrecido se enfrentan a retos considerables cuando se ven obligados a actuar dentro de las regulaciones sanitarias y medio ambientales en tiempos de paz.

Por lo tanto, parece que la naturaleza intrínsecamente peligrosa del uranio empobrecido está aceptada, y que su dispersión descontrolada o accidental en el medio ambiente se considerada de manera generalizada como algo no deseado.

Descontrolado e impredecible. Factores que influyen en los riesgos para la población civil por el uso del uranio empobrecido
«[…] En las guerras las circunstancias varían enormemente y son tan indefinibles que hay que valorar una amplia gama de factores, especialmente a la luz de las simples probabilidades».Carl von Clausewitz.

El uso del uranio empobrecido conlleva dudas significativas, y a pesar de que su resolución sea improbable, algunas de ellas se pueden evitar, —por ejemplo, la oportuna publicación de los datos buscados o evitar el uso del uranio empobrecido en zonas civiles— aunque la mayoría de estas dudas tienen más que ver con la propia naturaleza de las armas y su modo de utilización. Esto provoca una gran variabilidad en los riesgos probables en los diferentes lugares en los que se han producido ataques con uranio empobrecido, lo que plantea el riesgo de afirmaciones generalistas, que a menudo se esgrimen con el fin de desechar los temores respecto a la contaminación por uranio empobrecido, y subrayan la importancia de la recopilación de datos específicos y el análisis de los riesgos en cada zona.

La reciente utilización del uranio empobrecido ha sido en zonas pobladas, lo que ha provocado que los civiles tengan que enfrentarse a la contaminación provocada por armas diseñadas para escenarios militares muy distintos. El hecho de que no haya mecanismos internacionales establecidos para financiar y llevar a cabo los trabajos de limpieza del terreno, reafirma el hecho de que los civiles se enfrentan a un mayor riesgo de exposición. El temor a la radiación, particularmente cuando existe un vacío de información o falta de confianza, aumenta la probabilidad de politización del uso de uranio empobrecido que, a su vez, reduce la probabilidad de que se pueda realizar una campaña efectiva de sensibilización sobre los peligros que entraña. Incluso en las raras ocasiones en las que la contaminación con uranio empobrecido se gestiona adecuadamente, el legado psicológico que deja perdurará en las comunidades afectadas.

La liberación descontrolada de uranio empobrecido en situaciones de conflicto no sólo viola las normas de protección frente a la radiación, sino que además representa un desafío para los ‘diseñadores’ de riesgos. El riesgo de la exposición civil a los residuos de uranio empobrecido se incrementa notablemente por factores que, en cierta medida, son constantes en el medio ambiente del postconflicto. La capacidad institucional, la experiencia técnica, el disponer de equipos de análisis, los recursos económicos limitados y una serie de problemas medio ambientales y sanitarios compiten en importancia; todos ellos suponen retos para los intentos de remediar de manera segura la contaminación con uranio empobrecido y la aceptación de su uso.

Cuantificar el riesgo y dar respuesta a las dudas
“[…] La falta de pruebas científicas sobre la existencia de una relación de causa-efecto, una relación cuantificable entre dosis-respuesta o una evaluación cuantitativa de la probabilidad de la aparición de efectos adversos tras la exposición, no se debe utilizar para justificar la falta de acción. Comisión Europea.

Los requerimientos actuales para mantener la aceptación de las municiones recubiertas uranio empobrecido han tenido como resultado la proyección de un punto de vista simplista respecto a los peligros que sobre la salud representa el uranio empobrecido.

Los datos sobre la toxicidad química del uranio están ilustrados con muchos estudios anteriores al desarrollo de los métodos analíticos modernos. La misma ciencia de la toxicología está actualmente en situación de renovación, puesto que pretende aportar datos más complejos y detallados sobre las sustancias. Del mismo modo, los avances recientes en la comprensión de los medios por los cuales la radiación interactúa con los procesos celulares y los mecanismos de reparación han puesto de manifiesto que el modelado de la dosis estimada y de los límites seguros de exposición a la radiación interna están cargados de incertidumbre. En gran medida resulta sorprendente cómo desde el descubrimiento de la radiación los límites establecidos de exposición [máxima] se han ido reduciendo. Aunque hayan sido políticamente útiles para enviar un mensaje claro sobre la seguridad del uranio empobrecido, la ciencia no los apoya.

Las dudas y las lagunas en los datos necesarios para llevar a cabo una evaluación detallada de los riesgos del uranio empobrecido para los civiles parecen haberse traducido en la caracterización precisa del riesgo imposible. Como resultado, hay razones de peso para pensar que se ha sobrepasado el umbral de precaución.

Así como la incertidumbre sobre la caracterización precisa de los riesgos no se debe utilizar para justificar la falta de actuación, los usuarios no deben interpretar la ausencia de datos epidemiológicos detallados en Iraq y en otros lugares para apoyar el uso actual de las armas con uranio. Los Estados que utilizan uranio empobrecido raramente mencionan la complejidad de este tipo de estudios pero les son muy familiares a los médicos e investigadores que han buscado la verdad sobre el daño potencial que las municiones de uranio empobrecido provocan a los civiles.

Costes y beneficios
“[…] El análisis de los pros y los contras no se puede reducir a un análisis económico de los costes y beneficios. El alcance es mucho más amplio e incluye consideraciones no económicas. […] La protección de la salud pública debería, sin lugar a dudas, tener un peso mucho mayor que las consideraciones económicas.” Comisión Europea.

Un análisis de los costes y los beneficios del uso del uranio empobrecido considera la utilidad de las armas lanzadas contra la salud, la carga psicológica y de gestión que imponen a los Estados afectados, los costes del ciclo de vida asociado con la fabricación, el desarrollo y las pruebas y, finalmente, la aceptación pública de la utilización de materiales radiactivos en armas convencionales estratégicamente exagerada.

La práctica de los Estados y las recientes decisiones de contratación, parecen apoyar la afirmación de que su utilidad se ha exagerado, debilitando así la justificación principal promovida por los Estados para apoyar el uso del uranio empobrecido. Contrariamente a las esperanzas de quienes utilizan el uranio empobrecido, la aceptación del público respecto a esta sustancia no ha aumentado con el tiempo, una tendencia que no es probable que cambie mientras se llevan a cabo más trabajos para documentar su legado en los Estados afectados y se realizan más investigaciones sobre la interacción del uranio empobrecido con el cuerpo humano.

A pesar de que los ejércitos de Estados Unidos y el Reino Unido parecen haber aprendido algunas lecciones a raíz de las preocupaciones sobre las potenciales consecuencias del uso de uranio empobrecido en la salud de las tropas y de la población civil, sería ingenuo esperar que esas lecciones se tomen en cuenta en las decisiones futuras sin presión externa que les exija hacerlo, ya sea una presión política o una obligación legal.

¿La precaución puesta en práctica?
“[…] Si en la Conferencia de Armas de 1979 se hizo una propuesta para la prohibición del uso de uranio empobrecido debería haber margen para considerar si debemos proponer, como alternativa, restricciones en el uso de dichas municiones […] Las dificultades, en términos de verificación, de una propuesta de este tipo son, por supuesto, considerables. Oficina de Asuntos Exteriores y de la Commonwealth del Reino Unido.

Los problemas descritos a lo largo de este informe son intrínsecos a la naturaleza del uranio empobrecido y a su modo de utilización en las armas, por lo tanto no hay soluciones tecnológicas rápidas que podrían resolverlos. Los modelos de los enfoques preventivos que se sugirieron en el pasado ponen demasiado peso en las opiniones legales y en los controles voluntarios sobre el comportamiento adecuado, lo que la práctica estatal anterior sugiere que serviría de poco para limitar los problemas más graves asociados con el uso de uranio empobrecido. Una regulación más estricta podría ser una posible vía a explorar, pero esto requeriría un nivel de transparencia que, hasta ahora, no ha existido.

Por lo tanto, es razonable concluir que una moratoria voluntaria, que aunque potencialmente útil como parte de un proceso para la futura estigmatización de las armas de uranio empobrecido, no sería lo primordial en medidas de prevención, a pesar de una prohibición mundial del uso de uranio en todas las armas convencionales.

Como tienen mucho que perder con la prohibición de las armas de uranio empobrecido, es comprensible que históricamente los ejércitos hayan intentado influenciar al máximo en la discusión sobre su aceptabilidad. Sin embargo, esta es una situación moralmente insostenible, ya que es poco probable que quienes utilicen el uranio empobrecido entreguen voluntariamente un medio de guerra que consideran valioso. Sin embargo, cuando esas armas afecten de manera abrumadora a todos aquellos que no son parte en un conflicto, y les siga afectando mucho después del cese de las hostilidades, ello planteará cuestiones de aceptación moral y política; preguntas que aquellos que tienen un interés creado en mantener las armas de uranio empobrecido no están en situación de responder.

El uranio empobrecido es un asunto complejo y polémico. Sin embargo, para todos los argumentos científicos y técnicos hay un principio muy simple en juego: ¿Es políticamente aceptable en una guerra convencional lanzar grandes cantidades de un metal pesado, químicamente tóxico y radiactivo, que la mayoría de las personas reconoce como peligroso?

A lo largo de nuestra investigación sobre uranio empobrecido, la ICBUW ha sido consciente de la aparición de un área temática más amplia relacionada con el impacto humanitario y medio ambiental del legado tóxico de las actividades militares, lo que ha incluido los medios a través de los cuales los componentes se evalúan respecto al comportamiento tóxico y medio ambiental antes de su uso, el papel de los enfoques preventivos para la salud de la población civil debido a las limitaciones en el control e intervención posterior a los conflictos y la asistencia; la necesidad de una capacidad analítica y de soluciones por parte de los expertos para gestionar los restos tóxicos de la guerra y, por último, un reconocimiento de la responsabilidad estatal respecto al legado medio ambiental y sobre la salud debido a las sustancias tóxicas liberadas o abandonadas durante el conflicto. La aceptación por parte de los Estados de la necesidad de resolver estos asuntos podría ser un resultado positivo en el desarrollo y utilización de las municiones de uranio empobrecido.

Recomendaciones
1. Adoptar una política preventiva
Basándose en el potencial dañino sobre la población civil, el uso histórico de municiones de uranio empobrecido en zonas civiles y contra los bienes de carácter civil, y los costes y las dificultades técnicas inherentes a su solución, los Estados deberían apoyar los llamamientos para adoptar una política preventiva respecto a las armas de uranio empobrecido y considerar seriamente la posibilidad de una moratoria voluntaria de su uso.
2. Una mayor comprensión del daño que recae en la población civil
Puesto que el daño está perfectamente documentado, los Estados deben reconocer que los riesgos para la población civil debido al uso de las municiones [con uranio empobrecido] no se limitan a los riesgos de explosión. El control de la salud y el legado medio ambiental de las sustancias tóxicas y radiactivas es un reto, por lo tanto, las soluciones de deben buscar en la prevención sanitaria y en las normativas nacionales vigentes de protección medio ambiental.
3. Proporcionar asistencia técnica y humanitaria
Los usuarios de uranio empobrecido y los Estados afectados deben reconocer su obligación de proteger a los civiles del legado del uranio empobrecido tras el conflicto. Una mayor transparencia respecto a dónde se han utilizado las armas y en qué cantidad, es de la máxima urgencia como un primer paso hacia la aplicación de medidas globales para la reducción de los riesgos y la descontaminación. La comunidad internacional debería prestar ayuda técnica y económica a los Estados afectados, tanto para los programas de salud como para ayudar en la evaluación y en la gestión eficaz de los materiales contaminados.
4. Evaluación de otros materiales y prácticas
Como parte del desarrollo de un marco normativo para la protección de los civiles durante y después de las situaciones de conflicto, los Estados deberían considerar una gama más amplia de materiales militares y prácticas que pueden provocar la contaminación del medio ambiente y cuyo legado perdura más allá del cese de las hostilidades. También se deben de tener en cuenta los mecanismos para financiar y llevar a cabo evaluaciones sobre el impacto medio ambiental, el control de la salud y la búsqueda de soluciones para restos tóxicos tras la guerra.
5. Acelerar la eliminación del uranio empobrecido y considerar los mecanismos necesarios para su prohibición
Si, como parece evidente, el uso de munición de uranio empobrecido se opone tanto a la aceptación pública como a la salud y a las normas de protección radiológica, los Estados deberían acelerar la eliminación de sus arsenales y considerar mecanismos mediante los cuales se prohíba formalmente su uso en armas convencionales.

Texto original en inglés disponible aquí

Iraq registra un gran aumento de defectos de nacimiento

22 octubre, 2012

Nuevos estudios relacionan este aumento con la acción militar de las fuerzas occidentales

22 de octubre de 2012

Sarah Morrison, 14 de octubre de 2012

Traducido del inglés para IraqSolidaridad por Nadia Hindi

Forzado a asumir el papel de anfitrión de una de las batallas más sangrientas de la guerra de Iraq. Los hogares y negocios de Fallujah quedaron destrozadas, cientos de civiles iraquíes fueron asesinados. Sus habitantes cambiaron el nombre de su «ciudad de mezquitas» por el de «la ciudad contaminada» después de que EEUU lanzara dos grandes campañas militares hace ocho años. Hoy, un mes antes de que la Organización Mundial de la Salud revele su valoración sobre el legado de las dos batallas en la ciudad, un nuevo estudio informa sobre «[…] un asombroso aumento» de los defectos de nacimiento entre los niños iraquíes concebidos tras la guerra.

Se han registrado altas tasas de aborto espontáneo, niveles tóxicos por contaminación con plomo y mercurio y una espiral ascendente de defectos de nacimiento que van desde defectos congénitos del corazón, disfunciones celebrares, a malformación de las extremidades. Lo que es aún más inquietante es que parecen estar ocurriendo a un nivel cada vez mayor entre los niños nacidos en Fallujah, a unos 40 kilómetros al oeste de Bagdad.

Existe «[…] una evidencia clara» del vínculo entre el aumento del número de defectos y abortos y las agresiones militares, afirma Mozhgan Savabieasfahani, una de los principales autores del informe y toxicóloga ambiental de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Michigan. Según la investigación, se han encontrado defectos similares en niños nacidos en Basora después de que las tropas británicas invadieran la ciudad.

Los marines de EEUU bombardearon Fallujah por primera vez en abril de 2004 tras la muerte de cuatro empleados de Blackwater, empresa de seguridad estadounidense. Sus cuerpos fueron quemados y arrastrados por las calles dejando colgados dos de los cadáveres desde un puente. Siete meses después, los marines asaltaron la ciudad por segunda vez en uno de los peores ataques aéreos desplegados en Iraq por EEUU. Más adelante, las fuerzas estadounidenses admitieron que habían utilizado proyectiles de fósforo blanco, aunque nunca se admitió el uso de uranio empobrecido, relacionado con altos indices de cáncer y defectos de nacimiento.

Los nuevos hallazgos, publicados en el Boletín de Contaminación Ambiental y Toxicología, refuerza la afirmación de que las municiones de EEUU y la OTAN utilizadas en el conflicto ha causado una extendida crisis sanitaria en Iraq. Estas son las últimas investigaciones que se suman a una serie de estudios que han sugerido una relación causal entre el bombardeo y el aumento de defectos de nacimiento. Sus resultados preliminares de 2010 impulsó a la OMS a que investigara la incidencia de defectos de nacimiento en la zona centrándose en nueve localizaciones de «alto riesgo», entre las cuales se encuentran Fallujah y Basora. Se espera que el informe de la OMS, cuya publicación está prevista para el próximo mes, muestre un aumento de los defectos de nacimiento después del conflicto. Se espera que la OMS haga un llamamiento de estudios adicionales para determinar las causas precisas, haya donde se encuentre una alta prevalencia de casos.

El estudio más reciente reveló que más de la mitad de todos los bebés objeto del estudio nacieron con defectos de nacimiento en Fallujah entre 2007 y 2010. Antes del asedio, esta cantidad se reducía a uno de cada diez casos. Antes del comienzo del nuevo milenio, los bebés que nacieron con algún defecto suponían menos del 2% . Más del 45% de todos los embarazos objeto de la investigación terminaron en aborto involuntario en los dos años siguientes a 2004, frente a sólo un 10% de casos previos a los bombardeos. Entre 2007 y 2010, uno de cada seis embarazos finalizó en aborto involuntario. La nueva investigación, además de analizar las historias clínicas de 56 familias en Fallujah, también examinó los nacimientos en Basora al sur de Iraq, atacada por las fuerzas británicas en 2003. Los investigadores encontraron más de 20 bebés de cada mil nacidos con defectos en el hospital de maternidad de Basora en 2003, una cifra 17 veces superior a la registrada una década antes. En los últimos siete años, el número de bebés nacidos con malformaciones aumentó en más de un 60%; actualmente, 37 de cada mil nacen con defectos.  

Los autores del informe vinculan el creciente número de bebés con defectos de nacimiento en las ciudades a una mayor exposición a los metales liberados por las bombas y las balas usadas en las últimas dos décadas. Los científicos que estudiaron muestras de cabello de la población de Fallujah encontraron que los niveles de plomo eran cinco veces superiores en el cabello de niños con defectos de nacimiento que en otros niños; igualmente, los niveles de mercurio eran seis veces más altos. Los niños con malformaciones en Basora tenían tres veces más plomo en los dientes que los niños que viven en las zonas no afectadas.

Savabieasfahani afirma que, por primera vez, hay una «[…] huella de metal en la población» y que  existe una «[…] evidencia convincente que relaciona el aumento asombroso de los defectos de nacimiento de iraquíes con la contaminación por metales neuro-tóxicos tras los repetidos bombardeos de las ciudades iraquíes». Definió esta «epidemia» como una «[…] crisis de salud pública».

«[…] La exposición intrauterina a contaminantes puede cambiar drásticamente el resultado de un embarazo normal». Igualmente, «[…] los niveles de metales que vemos en los niños con defectos de Fallujah indica claramente que los metales están implicados en la manifestación de malformaciones en los nacimientos de estos niños». «[…] El bombardeo masivo y repetido de estas ciudades está claramente implicado. No tengo conocimiento de ninguna otra fuente de contaminación por metales en estas áreas». Añade, además, que probablemente los datos no son suficientemente representativos ya que muchos padres con hijos con defectos les ocultan de la vista pública.

Alastair Hay, profesor de toxicología ambiental de la Universidad de Leeds, dijo que las cifras presentadas en el estudio son «[…] absolutamente extraordinarias».  Agregó además que «[…] la gente aquí estaría preocupada si hubiera un incremento de un 5% o un 10% [de defectos de nacimiento]. Si los casos en Fallujah se quintuplican, nadie lo puede ignorar; la ciudad está pidiendo a gritos una explicación y una investigación de las causas. Es razonable que haya un rápido aumento de la exposición al plomo y al mercurio si se filtran grandes cantidades de munición. Hubiera pensado, también, que un factor importante sería el estrés extremo bajo el cual la población ha estado sometida durante ese periodo; sabemos que eso puede causar importantes alteraciones fisiológicas».

Un portavoz del Departamento de Defensa de EEUU afirmó que «[…] no tenemos conocimiento de ningún informe oficial que indica un aumento de defectos de nacimiento en Basora o Fallujah que puedan estar relacionados con la exposición a los metales contenidos en las municiones utilizadas por EEUU o sus aliados. Nos tomamos siempre muy en serio los problemas de salud pública relativa a cualquier población que ahora vive en un escenario de guerra. Artefactos sin detonar, incluso explosivos improvisados, son un peligro reconocido».

Un portavoz del gobierno del Reino Unido dijo que no hay «[…] evidencia científica o médica fiable que lleve a confirmar un vínculo entre la munición convencional y los defectos de nacimiento en Basora» y agregó que «[…] todas las municiones utilizadas por las fuerzas armadas del Reino Unido   se enmarcan en el derecho internacional humanitario y son coherentes con la Convención de Ginebra».

Savabieasfahani afirma que llevará a cabo un análisis de la presencia de uranio empobrecido en una muestra de niños una vez que la financiación se haya aprobado, y añade que «[…] necesitamos un amplio muestreo ambiental, de alimentos, agua, y aire para averiguar de dónde proviene la contaminación. Luego podemos limpiarlo. Actualmente estamos viendo que el 50% de los niños nacen con malformaciones, en pocos años podrían ser todos».

Metales peligrosos

Plomo

Durante el embarazo, el plomo puede pasar al feto a través de los huesos de la madre, los niveles de plomo en la sangre materna y fetal son casi idénticos.  Los niños y, especialmente, los no natos son más susceptibles al plomo que los adultos. Según la OMS, a niveles altos de exposición, el plomo ataca el cerebro y el sistema nervioso central provocando estados de coma, convulsiones e incluso la muerte. Los niños que sobreviven a la intoxicación aguda por plomo, generalmente presentan defectos mentales y problemas de conducta.

Mercurio

La exposición al mercurio metálico, inorgánico u orgánico, pueden dañar permanentemente el cerebro, los riñones y el feto en desarrollo. El mercurio puede entrar en el aire, el agua y la tierra. Sus efectos nocivos pueden transmitirse de la madre al feto, lo que causaría daño cerebral, defectos mentales, ceguera, convulsiones, mudez y falta de coordinación.

Uranio empobrecido

Metal pesado y tóxico, el uranio empobrecido es lo que queda tras el proceso de enriquecimiento del uranio natural, ya sea para su uso en armas o para el combustible de un reactor.  Mientras  EEUU y Reino Unido reconocen que el polvo puede ser peligroso si se inhala, el jurado sigue deliberando cuando se trata de daños a largo plazo en las personas y sus hijos. Los científicos  sugieren que sus moléculas pueden alcanzar los espermatozoides y óvulos, aumentando la probabilidad de cáncer y daños genéticos.

 

Texto original en: http://www.independent.co.uk/life-style/health-and-families/health-news/ iraq-records-huge-rise-in-birth-defects-8210444.html

El gobierno sueco debe investigar las armas de Uranio

24 enero, 2012

Aftonbladet* (www.aftonbladet.es), 16 de enero de 2012

**Anders Romelsjö y otros

Traducido para IraqSolidaridad por Paloma Valverde

“Un microgramo del isótopo 238 del uranio (U-238) destruye miles de partículas alfa al día, lo que daña tanto a las células del organismo humano como al ADN”.

Este año se cumple el décimo aniversario de la contribución sueca a la guerra de Afganistán. No obstante, la cuestión de los efectos de las armas de uranio sobre la salud es relativamente desconocida en Suecia. Estados Unidos y Reino Unido utilizaron armas de uranio durante la Guerra del Golfo (1990-1991), en Yugoslavia y otra vez en Iraq en 2003 y, posiblemente, en Afganistán. Las armas están fabricadas en Estados Unidos, Francia, India, Rusia y Paquistán y, quizás, por la empresa sueca Bofors, que forma parte del grupo de fabricantes de armas BAE. Systems Bofors ha declinado responder a las preguntas relativas al uranio que recubren los proyectiles, ás pesado que el plomo y con una capacidad de penetración tan alta que permite atravesar tanques y búnkeres. El uranio que se utiliza en el recubrimiento de las armas es, fundamentalmente, el isótopo U-238, que proviene de los residuos del proceso de enriquecimiento del uranio natural para convertirlo en energía nuclear. Estos residuos son los que se conocen con el nombre de uranio empobrecido.

Las armas también pueden contener uranio poco enriquecido o la forma más peligrosa de uranio, que ya se ha utilizado en las plantas nucleares, aquella que contiene pequeñas cantidades de plutonio, elemento extremadamente tóxico.

En el impacto, los proyectiles recubiertos de uranio arden a altas temperaturas y generan un polvo muy fino de oxido de uranio, el cual se expande muy fácilmente. Este polvo penetra en el cuerpo humano a través del aire que respiramos y las partículas de oxído de uranio bien quedan atrapadas en los pulmones o bien penetran en el torrente sanguíneo y así llegan al resto de los órganos. Un microgramo del isótopo 238 del uranio (U-238) destruye miles de partículas alfa al día, lo que daña tanto a las células del organismo humano como al ADN.

Las armas de uranio pueden provocar cáncer, malformaciones congénitas y aumento de la mortalidad. En Basora se ha producido un significativo incremento de los casos leucemia infantil y los casos de cáncer se han cuadruplicado, del mismo modo que en Faluya se han incrementado las malformaciones congénitas, lugares ambos en los que en 2004 se produjeron grandes batallas entre las tropas estadounidenses y los iraquíes. La ratio de nacimientos por sexo es menor de la habitual, al igual que sucedió en Japón después de las bomba atómica de 1945, una señal de daño a los cromosomas sexuales.

Después de analizar muestras del suelo, del agua y del cabello de los padres de los niños con malformaciones congénitas, los investigadores llegaron a la conclusión de que los residuos de uranio son probablemente la causa de esta desproporción. Sus conclusiones están apoyadas por las investigaciones llevadas a cabo con animales y células de cultivo.

De acuerdo con las informaciones llegadas desde Iraq, hay más de 300 lugares contaminados con residuos de uranio. Tras la guerra de la antigua Yugoslavia, también se informó del aumento de la tasa de cáncer, que padecieron también algunos soldados italianos.

En noviembre de 2011, en un seminario celebrado en la Universidad sueca de Luleå, investigadores iraquíes y suecos informaron extensivamente sobre la contaminación del medioambiente en Iraq por polvo de uranio y los graves efectos sobre la salud que esto implica. Los investigadores adoptaron una resolución en la que calificaban a las armas de uranio de muy peligrosas y exigían transparencia a los Estados fabricantes de ese tipo de armas.

La resolución 148  de la Asamblea general de Naciones Unidas, de diciembre de 2010, apelaba a los Estados miembro a informar de la posesión y el uso de armas de uranio empobrecido. Estados Unidos, Reino Unido, Francia e Israel votaron en contra, mientras que Suecia, así como varios países europeos se abstuvieron en las votaciones. No obstante, una gran mayoría del Parlamento europeo, ha votado cuatro veces en contra de las armas de Uranio.

Previamente, el parlamento sueco rechazó la moción de prohibir las armas de uranio. En 2008, el comité de Asuntos Exteriores escribió: “[…] Si existen pruebas médicas convincentes que demuestren que la munición de uranio empobrecido provoca daño a la salud y al medio ambiente, el comité está dispuesto a su prohibición”.

Ahora ya existen suficientes pruebas. Varios datos indican que las armas de uranio empobrecido podrían haber sido utilizadas en Afganistán. ¿No debería el gobierno sueco investigar si los soldados suecos en Afganistán han estado expuestos a las armas de uranio y si Bofors manufactura o ha manufacturado esas armas?

* Artículo gentileza de la organización sueca IrakSolidaritet, miembros de la Red Internacional Antiocupación (IAON), a la que igualmente pertenece la CEOSI.

**Anders Romelsjö, catedrático del Departamento de Ciencias de la Salud Pública del Instituto médico sueco Karolinska y profesor emérito de la Universidad de Estocolmo; Sven Knutsson, catedrático de Ingeniería Geotécnica del Departamento de Infraestructura, Planificación y Recursos naturales de la Universidad Tecnológica de Luleå; Nadir Al-Ansari, catedrático del Departamento de Infraestructura, Planificación y Recursos naturales de la Universidad Tecnológica de Luleå; Roland Pusch, catedrático emérito del Departamento de Infraestructura, Planificación y Recursos naturales, de la Universidad Tecnológica de Luleå, y Anders Brahme, catedrático de Física Médica del Instituto Karolinska.
Fuente: http://www.aftonbladet.se/debatt/article14217621.ab

Faluya: donde la guerra continúa

22 enero, 2012

John Glaser*
Uruknet (www.uruknet.info), 9 de enero de 2012

Traducido para IraqSolidaridad por Paloma Valverde

“[…] Se ha podido llegar a la conclusión de que los padecimientos que hoy sufre la población de Faluya están causados por las armas utilizadas por Estados Unidos en el asedio a la ciudad de Faluya en 2004”

Algo que no se menciona en las declaraciones oficiales [1] sobre el supuesto fin de la guerra estadounidense en Iraq es el sufrimiento que se sigue padeciendo en Faluya como resultado de los crímenes cometidos por Estados Unidos en 2004.

Recientemente, Al-Jazeera publicó dos informes sobre este asunto. Uno de Kelley B. Vlahos,  columnista de Antiwar, que publicó un brillante artículo [2] en el que catalogaba el trabajo científico gracias al cual se ha podido llegar a la conclusión de que los padecimientos que hoy sufre la población de Faluya están causados por las armas utilizadas por Estados Unidos en el asedio a la ciudad de Faluya en 2004.

El otro artículo, [de Darh Jamail para] Al Jazeera [3] informa sobre otro tipo de daño sufrido a consecuencia de la guerra y que sigue siendo visible. En primer lugar, “En 2004, médicos del Hospital General de Faluya declararon a Al Jazeera que 736 iraquíes habían sido asesinados […] el 60% de esas víctimas eran mujeres, niños y ancianos”. Cuando el asedio terminó,  más de 1.000 iraquíes habían muerto en el Hospital general de Faluya.  Las víctimas que nunca llegaron al hospital seguramente superarían con mucho esa cifra.  Se produjeron casi 300.000 desplazamientos y “el 70 por ciento de los edificios y de los hogares de Faluya resultaron dañados o destruidos, junto con al menos cien mezquitas, seis mil tiendas y nueve edificios gubernamentales”.

La reconstrucción ha fracasado estrepitosamente y la mayor parte de la ciudad continúa siendo un amasijo de escombros. “Aquí todo es malo”, declaró un vecino a Al Jazeera. “No hay agua, no hay electricidad, no hay un buen sistema sanitario. Tenemos entre un 75 y un 80 por ciento de desempleo. Las viudas no tienen derechos, ni compensaciones [de guerra]”.

Ni un solo político estadounidense o medio de prensa que yo conozca ha expresado ni un átomo de preocupación sobre este asunto, que queda al margen del discurso y, más importante aun es que nadie se ha atrevido a culpar a quienes fueron los responsables de ello. Como escribí la semana pasada [4], el verdadero legado de la guerra de Iraq no son las mentiras que nos llevaron a ella, ni siquiera las víctimas civiles, sino la impunidad por los crímenes cometidos contra la humanidad.

No obstante, no todo el mundo considera que ese capítulo está cerrado y olvidado. La resistencia aún está presente en Iraq y, como uno de sus combatientes afirmó a Al Jazeera, “[…] Hemos aprendido a no creer en las palabras de los estadounidenses ni en sus promesas […] Dicen que se van pero dejan alrededor de 10.000 personas en su embajada. Esto quiere decir que no se han ido.” Y otro añadió: “[…] Nadie debe pensar que la resistencia ha terminado o que está derrotada […] Dicen que se marchan […] lo dudamos […] pero si los estadounidenses no se marchan nosotros seguiremos combatiendo contra ellos […]”.

De derecha a izquierda: Yousef Hamed, de 4 años; Anas Hamed, su hermano, e Inas, su hermana, que padecen malformaciones congénitas. Imagen tomada el 12 de noviembre de 2009 en Faluya. Foto de Muhannad Fala'ah/Getty Images Europe)

De derecha a izquierda: Yousef Hamed, de 4 años; Anas Hamed, su hermano, e Inas, su hermana, que padecen malformaciones congénitas. Imagen tomada el 12 de noviembre de 2009 en Faluya. Foto de Muhannad Fala'ah/Getty Images Europe)

Como queda patente para cualquiera que preste atención a la situación y para los médicos y científicos que la han estudiado, la causa de la incidencia de casos de malformaciones congénitas y de cáncer en Faluya [5] es el uso de armas químicas, como el uranio empobrecido o el fósforo blanco.

Entre los problemas de salud a los que se enfrentan los recién nacidos y los niños de Faluya se encuentran las cardiopatías congénitas, deformaciones en los huesos, como la displasia tanatofórica y deformaciones físicas como “paladar hendido, cabezas alargadas, un niño nacido con un solo ojo en el centro de la cara, miembros desproporcionadamente grandes o cortos y malformaciones de oído, nariz y columna vertebral.”

¿Hasta qué punto son habituales esas malformaciones? “En julio de 2010, un equipo británico de científicos publicó un estudio que demostraba que desde los ataques de 2004 se había producido un aumento de 12 veces más del cáncer infantil en Faluya”[6].

El 21 de diciembre  pasado, la doctora Alani, que trabaja en el Hospital [General de Faluya] desde 1997, declaró a Al Jazeera que personalmente había computado 677 casos de malformaciones congénitas desde octubre de 2099. Justo ocho días después, cuando Al Jazeera visitó la ciudad, el 29 de diciembre, el número había aumentado hasta los 699.

Según se indica en el artículo de Al Jazeera [7], “[…] La Dra. Alani visitó Japón recientemente, donde se reunió con médicos japoneses que estudian las tasas de malformaciones congénitas, que creen que están relacionadas con la radiación de los bombardeos nucleares estadounidenses de Hiroshima y Nagasaki. Le dijeron que la tasa de incidencia de defectos al nacer es allí entre un 1 y un 2 por ciento. El registro de casos de malformaciones congénitas de la doctora Alani supone una tasa del 14,7 por ciento de todos los bebés nacidos en Faluya, más de 14 veces la tasa de las zonas afectadas de Japón”.

Notas del autor y de IraqSolidaridad
1.- John Glaser,“Panetta Says Iraq Debacle ‘Worth the Price’.» [“Panetta afirma que la debacle de Iraq ‘mereció la pena’.”], Antiwar.com, 15 de diciembre de 2011.
2.- Kelley B. Vlahos, “Children of War”,  The American Conservative, edición impresa, abril de 2011.
3.- Darh Jamail, “Siete años después de los asedios de Faluya”, IraqSolidaridad, 9 de enero de 2012.
4.- John Glaser, “The Real Legacy of the War in Iraq: Impunity»  Antiwar, 5 de enero de 2012.
5.- Dahr Jamail, Los bebés de Faluya, sometidos a un nuevo tipo de asedio https://iraqsolidaridad.wordpress.com/category/uranio-empobrecido-depleted-uranium/, IraqSolidaridad, 12 de enero de 2012.
6.- Véase el estudio más reciente publicado, «Identificado el uranio enriquecido de los nuevos sistemas armamentísticos desplegados por Estados Unidos como la causa de las malformaciones congénitas y el cáncer en Faluya», nota de prensa del equipo científico, IraqSolidaridad, 18 de octubre de 2011.
7.- Véase nota 5 de este artículo.

*John Glaser es subdirector de Antiwar.com

Fuente: http://www.uruknet.info/?p=84677

Los bebés de Faluya sometidos a un nuevo tipo de asedio

12 enero, 2012

Dahr Jamail
Alzazeera (www.aljazeera.com), 6 de enero de 2012

Traducido del inglés para IraqSolidaridad por Consuelo Delgado

Los médicos y habitantes de Faluya culpan a las armas de Estados Unidos de los catastróficos niveles de malformaciones congénitas en los recién nacidos en Faluya.
Mientras, por un lado, los militares de Estados Unidos se han retirado formalmente de Iraq, por otro, los médicos y habitantes de Faluya culpan a las armas de uranio empobrecido y de fósforo blanco usadas durante dos devastadores ataques estadounidenses contra Faluya en 2004, de lo que se describe como “catastróficos” niveles de defectos y malformaciones de nacimiento.

La doctora Samira Alani, pediatra del Hospital General de Faluya, se ha interesado personalmente por investigar la súbita aparición de malformaciones congénitas que han proliferado desde 2005 a raíz de los asedios estadounidenses.

“[…] Ahora tenemos toda clase de defectos, desde enfermedades congénitas de corazón a graves malformaciones físicas. Ambas, en cifras que no se pueden ni imaginar”, afirmó Alani a Al Jazeera en su despacho del hospital, mientras mostraba innumerables fotos de horrorosas malformaciones congénitas.

El 21 de diciembre, Alani, que lleva trabajando en el hospital desde 1997, declaró a Al Jazeera que ella personalmente había registrado 677 casos de malformaciones congénitas desde octubre de 2009. Justo ocho días después, cuando Al Jazeera visitó la ciudad, el 29 de diciembre, ese número había aumentado ya a 699.

“[…] Ni siquiera hay términos médicos para describir algunos de estos casos, porque nunca los hemos visto hasta ahora”, afirma; “[…] así que cuando los describo, lo único que puedo hacer es relatar los defectos físicos, pero soy incapaz de asignarles un término médico”.

La imposibilidad de vivir

La mayoría de estos bebés de Faluya mueren en los primeros 20 o 30 minutos después de nacer, pero no todos.

Abdul Jaleel Mohamed, de cuatro años, nació en octubre de 2007. Su diagnóstico clínico establece una dilatación de dos ventrículos cardíacos y una protuberancia en la parte inferior de la espalda que los médicos no han conseguido eliminar. Abdul tiene problemas para controlar sus músculos, dificultades para caminar, no puede controlar su vejiga y se cansa con facilidad. Los médicos le dijeron a su padre, Mohamed Jaleel Abdul Rahim, que su hijo tenía graves problemas en el sistema nervioso y que podía padecer acumulación de líquido en el cerebro con la edad, lo cual tendría consecuencias fatales.

“[…] Este es el primer caso de algo así en toda nuestra familia”, dijo Rahim a Al Jazeera. “Nosotros vivíamos en una zona que fue duramente bombardeada por los estadounidenses en 2004, y un misil cayó justo enfrente de nuestra casa. ¿Qué otra cosa pudo producir estos problemas de salud?”

La doctora Alani manifestó a Al Jazeera que en la gran mayoría de los casos que ella había documentado, en la familia no había ningún antecedente de malformaciones congénitas.

Alani mostró a Al Jazeera cientos de fotos de bebés nacidos con fisura del paladar, cabezas exageradamente grandes, un recién nacido con un ojo en el centro de la cara, miembros de tamaño desmedido o sumamente cortos, y malformaciones en narices, orejas y columna vertebral. Habló de casos de “displasia tanatofórica”, una anomalía en los huesos y en la caja torácica que “le imposibilita la vida al recién nacido”.

Rahim dijo que muchos de sus familiares que habían tenido hijos después de 2004 también estaban teniendo problemas. “[…] Uno de ellos nació con aspecto de pez”, dijo Rahim. “También sé personalmente de al menos otras tres familias, que viven cerca de nosotros que padecen igualmente estos problemas.”

De momento, la familia está preocupada por cómo le irá a Abdul en el colegio cuando empiece el próximo año. “[…] La protuberancia en su espalda es tan dolorosa y vergonzosa para él que ¿qué pasará en el colegio?”, dice Rahim. Maloud Ahmed Jassim, abuelo de Abdul, quien añade: “Hemos visto que se producen muchos abortos, y no sabemos por qué”. Jassim está indignado por la falta de una investigación de la crisis sanitaria a fondo. “[…] ¿Por qué el gobierno no está investigando esto?”, pregunta. “Los medios de comunicación occidentales parecen interesados, pero ni nuestros medios locales ni el gobierno lo están. ¿Por qué no?”

En abril de 2011, los legisladores iraquíes debatieron si los ataques de Estados Unidos sobre la ciudad [de Faluya] constituían un genocidio. Sin embargo, las resoluciones que reclamaban un procesamiento internacional no llegaron a ninguna parte.

Pruebas científicas

Alani, junto con el doctor Christopher Busby [1], un científico y activista británico que ha llevado a cabo investigaciones sobre la contaminación radiactiva, recogió muestras de cabello de 25 padres de familias con hijos que tenían defectos de nacimiento y los enviaron a un laboratorio de Alemania para su análisis.

En septiembre de 201, Alani y Busby, junto con otros médicos e investigadores [2], publicaron un estudio con los datos obtenidos al analizar las muestras de cabello, así como muestras de terreno y de agua de la ciudad. Se halló mercurio, uranio, bismuto y otros elementos en pequeñas cantidades [3].

La conclusión del informe declara:

“[…] Aunque hay que ser cautos a la hora de excluir otras posibilidades, porque no existen informes de que ninguno de los elementos encontrados en exceso causen enfermedades congénitas y cáncer, salvo el uranio, estos hallazgos sugieren que la exposición al uranio enriquecido es la causa principal o bien está relacionada con la causa del aumento de anomalías congénitas y cáncer. Se plantean, pues, interrogantes sobre las características y composición de las armas que están siendo desplegadas en los modernos campos de batalla”.

“[…] Como médicos, sabemos que el mercurio, el uranio y el bismuto pueden contribuir al desarrollo de malformaciones congénitas y creemos que esto podría estar relacionado con el uso de armas prohibidas por parte de Estados Unidos durante estas batallas”, afirma Alani. “[…] Expuse esta conexión en la investigación judicial llevada a cabo en [el condado inglés de] West Midlands por la muerte de un veterano de la primera guerra del Golfo […] y un jurado de instrucción aceptó mi declaración”, dijo a Al Jazeera.

“[…] Un tribunal de instrucción falló que el cáncer fue provocado por la exposición a uranio empobrecido”, añade Busby. “En los últimos diez años ha salido a la luz investigación que ha dejado bien claro que el uranio es una de las sustancias conocidas más peligrosas para el ser humano y, por supuesto, en la forma que adopta cuando se usa en estas guerras.”

En julio de 2010, Busby publicó un estudio que demostraba que desde los ataques de 2004 se había producido un aumento de 12 veces más del cáncer infantil en Faluya. El informe también demostraba que la ratio por sexos había disminuido desde unos valores normales a una relación de 86 niños por cada 100 niñas, junto con una propagación de las enfermedades indicativa de un daño genético similar al de Hiroshima aunque de mucha mayor incidencia.

La doctora Alani visitó Japón recientemente, donde se reunió con médicos japoneses que estudian las tasas de malformaciones congénitas, que creen que están relacionadas con la radiación de los bombardeos nucleares estadounidenses de Hiroshima y Nagasaki. Le dijeron que la tasa de incidencia de defectos al nacer es allí entre un 1 y un 2 por ciento. El registro de casos de malformaciones congénitas de la doctora Alani supone una tasa del 14,7 por ciento de todos los bebés nacidos en Faluya, más de 14 veces la tasa de las zonas afectadas de Japón.

¿Un país contaminado?

En la provincia de Babilonia, al sur de Iraq, el doctor Sharif al-Alwachi, director del Centro de Cáncer de Babilonia, afirma que las tasas de cáncer han ido aumentando hasta niveles alarmantes desde 2003 y culpa de ello al uso de armas de uranio empobrecido por las fuerzas de Estados Unidos durante la invasión de 2003 y años posteriores. “[…] El medio ambiente pudo verse contaminado por armas químicas y uranio empobrecido a consecuencia de la guerra en Iraq”, dijo el doctor al-Alwachi a Al Jazeera. “[…] El aire, la tierra y el agua están contaminados por estas armas, y al entrar en contacto con el ser humano resultan venenosos. Esto es nuevo en la región y la gente está sufriendo.”

Los militares estadounidenses y británicos han dado informaciones confusas sobre los efectos del uranio empobrecido, pero médicos iraquíes como al Alwachi y Alani, junto con otros investigadores, culpan a las armas del aumento de la tasa de cáncer y malformaciones congénitas [4].

Abdulhaq al-Ani, autor de Uranium in Iraq, ha investigado los efectos del uranio empobrecido en los iraquíes desde 1991. Contó a Al Jazeera que él mismo midió los niveles de radiación en la ciudad de Kerbala, así como en Basora, y su medidor Geiger se puso a dar pitidos porque “el indicador sobrepasó todos los niveles”.

La doctora Alani explicó que ella es la única médico de Faluya que registra los casos de malformaciones congénitas. “[…] No disponemos de ningún sistema para registrarlos todos, así que nos faltan muchos casos”, afirmó. “Ayer mismo, una colega me habló de un recién nacido con displasia tanatofórica y ella no lo registró. Creo que sólo conozco entre un 40 y un 50 por ciento de los casos, porque muchas mujeres dan a luz a sus hijos en casa y de estos casos nunca nos enteramos, y porque otras clínicas no los están registrando tampoco.”

El hospital donde trabaja Alani fue construido en el distrito Dubad de Faluya en 2008. Según Alani, ese distrito fue bombardeado intensamente durante el asedio de noviembre de 2004. “[…] Hay también una escuela de primaria que se construyó cerca y sólo de esa escuela hubo tres profesores que desarrollaron cáncer de pulmón y ahora dos de ellos están muertos”, afirma Alani. “Tenemos muchos casos en esta zona, justo donde está el hospital.”

Incluso contando con una enorme cantidad de pruebas concretas, hoy por hoy, la causa exacta de la crisis sanitaria de Faluya no se puede establecer de forma concluyente sin un estudio completo y en profundidad, que aún está por realizar. Sin embargo, a pesar de la falta de apoyo gubernamental y del poco apoyo que recibe del exterior de Iraq, Alani está decidida a continuar su labor. “[…] No dejaré este asunto. No pararé”, afirma a Al Jazeera.

Notas de IraqSolidaridad:

1.- Véase Chris Busby. “A secret Enriched Uranium Weapon”, video disponible en inglés en: http://www.youtube.com/watch?v=aZQZcRG1I9U&feature=youtu.be
2.- El estudio, publicado en el International Journal of Environment and Health, ha sido realizado por los doctores Samira Allani y Muhamed Tafash, pediatras del Hospital General de Faluya, Chris Busby, profesor visitante de la Universidad del Ulster, Malak Hamdam, ingeniera química y presidenta de la Fundación londinense Cáncer y Malformaciones Congénitas y Eleonore Blaurock-Bush, cuyo laboratorio en Alemania llevó a cabo el trabajo analítico.

3.- Véase nota de prensa del equipo científico, “Identificado el uranio enriquecido de los nuevos sistemas armamentísticos desplegados por Estados Unidos como causa de las malformaciones congénitas y el cáncer en Faluya”, 23 de octubre de 2011. Disponible en español en: https://iraqsolidaridad.wordpress.com/2011/10/23/identificado-el-uranio-enriquecido-de-los-nuevos-sistemas-armamentisticos-desplegados-por-estados-unidos-como-causa-de-las-malformaciones-congenitas-y-el-cancer-en-faluya/

4.- Kelly Beaucar Vlahos, “Los niños de la guerra. Las armas estadounidenses que pacificaron Faluya y envenenaron a una generación, 13 de julio de 2011, disponible en: https://iraqsolidaridad.wordpress.com/2011/07/20/los-ninos-de-la-guerra-las-armas-estadounidenses-que-pacificaron-faluya-y-envenenaron-a-una-generacion/

Texto original en: http://www.aljazeera.com/indepth/features/2012/01/2012126394859797.html

Siete años después de los asedios de Faluya

9 enero, 2012

Dahr Jamail
Al Jazeera (www.aljazeera.com), 3 de enero de 2012

Traducido para IraqSolidaridad por Paloma Valverde

Faluya aún soporta las secuelas de la guerra; de los escombros de las casas bombardeadas se siguen sacando esqueletos y lo que es peor: la tasa de malformaciones congénitas en nacimientos y en la infancia se han disparado.

Se está reconstruyendo pero los cortes de electricidad y de agua potable prevalecen. El ambiente general de la ciudad es de irritación, desesperanza y miedo.

»]Se calcula que el 70 por ciento de los edificios y viviendas de Faluya fueron destruidos o dañados, junto con al menos 100 mezquitas, 6.000 comercios y un mínimo de nueve edificios gubernamentales [Dahr Jamail/Al Jazeera]

En 2004, médicos del Hospital General de Faluya declararon a Al Jazeera que 736 iraquíes habían sido asesinados durante el asedio de abril. Contaron que el 60% de esas víctimas eran mujeres, niños y ancianos y que las fuerzas estadounidenses habían disparado contra el personal médico intentaban evacuar a los heridos. Según testimonio de los propios médicos, en las casi tres semanas de intensos bombardeos y de la invasión por tierra llevada a cabo durante el asedio de noviembre, fueron asesinados más de 1.000 iraquíes.

Aquí todo es malo
En aquel momento, la mayoría de los residentes de esta ciudad de 300.000 habitantes fueron desplazados de sus hogares. La mayoría han regresado pero miles siguen sin casa, sin trabajo y luchando por reconstruir sus vidas.

Se calcula que el 70 % de los edificios y de los hogares de Faluya resultaron dañados o destruidos, junto con al menos cien mezquitas, seis mil tiendas y nueve edificios gubernamentales.

El barrio de Nazzal se llevó lo peor de ambos asedios. La mayoría de las calles resultaron totalmente destruidas por los bombardeos y por los tanques estadounidenses. Hoy, las calles siguen llenas de polvo y escombros.

»]Muchos de los edificios de Faluya que fueron destruidos o dañados en 2003, siguen sin repararse [Dahr Jamail/ Al Jazeera]Yassir Faisal, cámara que trabajó durante muchos años para Reuters y que vive en Faluya, afirma a Al Jazeera: “[…] Tememos que vuelvan” y añade “Los sacerdotes han empezado a advertir a la gente que tras la retirada de las tropas estadounidenses podrían llegar las tropas iraníes, lo que sería incluso peor que si regresaran los estadounidenses.”

Faisal dice que sabe que la resistencia iraquí sigue en Faluya y que “[…] Están bien preparados y esperando por lo que pueda suceder”. Sus advertencias pueden ser una señal terrible de lo que puede llegar a ocurrir mientras más suníes abandonan los vecindarios de Bagdad para desplazarse a lugares como Faluya.

Mahir Judair, policía, declaró a Al Jazeera que percibía que las cosas iban “mejor” en la ciudad, a pesar de los asesinatos que se producen casi a diario. “[…] No hace mucho, en Gharma, se encontraron cuatro policías asesinados con un artefacto de fabricación casera”, dice Judair.  Otro policía que estaba cerca y que habló sin dar a conocer su identidad, no estaba de acuerdo: “[…] Perdemos a dos o tres cada día”, replicó a Judair. Levantó las manos y preguntó “¿Qué es lo que va a mejor? ¡Los asesinatos y las bombas suceden a todas horas y la reconstrucción va fatal!”.

Ayad Hadi, un panadero se mostró de acuerdo: “[…] Aquí todo es malo”, dice a Al Jazeera y añade: “No hay agua, no hay electricidad, no hay un buen sistema sanitario. Tenemos entre un 75 y un 80 por ciento de desempleo. Las viudas no tienen derechos, ni compensaciones [de guerra]”. Hadi describió el ambiente de la ciudad como “[…] Un ambiente generalizado de depresión y desesperanza”.  El gobierno, continúa “[…] Se aferra para mantener el poder y se olvida de los pobres. Antes teníamos pobres, clase media y clase alta, pero ahora solo tenemos pobres y ricos. Por esto es por lo que no tenemos esperanza en este país o en nuestro futuro.”

Jassim  Fakhri, estudiante de 18 años que tenía 10 durante los asedios de 2004, dice: “[…] Los últimos siete años han sido muy duros. Mi familia y yo huimos durante los asedios  y regresamos después. Ahora no hay trabajo, así que yo hago algún trabajo a jornal.”

A pesar de que casi todos los policías en Faluya son habitantes de la ciudad, la mayor parte de las fuerzas militares iraquíes provienen del sur de Iraq. Durante los asedios de 2004, las milicias de la Shía en el ejército iraquí lucharon junto al ejército estadounidense, lo que provocó tensiones sectarias en la ciudad predominantemente sunní y que lo sigue siendo a día de hoy.

Faisal explica que a pesar de los problemas, cree que Faluya es más segura que Bagdad: “[…] Como sunníes, Faluya es un lugar mucho más seguro que Bagdad, pero todavía se producen asesinatos de policías casi todos los días […] Aquí hay personas del partido al-Dawa que están relacionadas con el primer ministro Nouri al-Maliki, y esto es un problema”.

La resistencia continúa
Aún existen grupos armados que siguen desestabilizando la ciudad con sus operaciones dentro y fuera de la misma.

En 2004, Faluya se dio a conocer al mundo como la ciudad de la resistencia, porque durante un tiempo fue el único lugar no ocupado de Iraq. Los residentes y los combatientes lucharon durísimamente en los dos asedios estadounidenses contra Faluya para defender sus hogares y la ciudad, logrando que Faluya fuera considerada en toda la región como el símbolo de la resistencia contra la hegemonía estadounidense.

Un combatiente de la resistencia al que le hemos preguntado y a quien nos referiremos con el nombre ficticio de ‘Ahmed’ afirma que la resistencia sigue en aumento en Faluya y que seguirán lanzando ataques hasta que no quede ni una sola presencia estadounidense en Bagdad.

Ahmed, que luchó contra las fuerzas de ocupación estadounidense en las dos batallas de Faluya en 2004, dice que la resistencia continúa porque “[…] Lo que los estadounidenses nos han dejado es una ocupación iraní”, y continúa: “[…] Hemos aprendido a no creer en las palabras de los estadounidenses ni en sus promesas […] Dicen que se van pero dejan alrededor de 10.000 personas en su embajada. Esto quiere decir que no se han ido.”

»]Los vecinos de Faluya aún indignados por la nefasta gestión de las tareas de  reconstrucción, lo que provoca  que muchas personas sigan sin agua potable, electricidad y trabajo [Dahr Jamail/Al Jazeera]Según Ahmed, hay varias brigadas que aún actúan en Faluya, cada una de ellas formada por alrededor de 80 combatientes. Afirma que “[…] Si a este número le sumamos el número de agentes secretos, y el personal logístico, llegamos a una cifra considerable».

“[…] En este momento nosotros sólo actuamos contra las fuerzas estadounidenses hasta su completa retirada […]. Tras la retirada esperamos que todo lo que ha llegado con la ocupación se marche con ella, sean iraníes o políticos. La ocupación iraní es producto de la ocupación estadounidense.”

Abu Abdulá, otro combatiente, explica que sus grupos siguen bien armados y que tienen “toda la munición necesaria” para fabricar explosivos y que también poseen otro tipo de “artillería pesada”.

Él, como Ahmed, luchó contra los estadounidenses durante las dos batallas de Faluya y afirma que la lucha continúa. “[…] Nadie debe pensar que la resistencia ha terminado o que está derrotada”, afirma “[…] Dicen que se marchan […] lo dudamos […] pero si los estadounidenses no se marchan nosotros seguiremos combatiendo contra ellos. Del mismo modo combatiremos la ocupación iraní, a quienes la apoyen y a cualquiera que los ayude a permanecer en Iraq.”

La reconstrucción inexistente

Uno de los proyectos de reconstrucción prometidos tras el asedio estadounidense de la ciudad fue un nuevo hospital. El nuevo Hospital General de Faluya, en el barrio de Dhubadh, se terminó en 2008. Es mayor y más moderno que el anterior. Sin embargo, según la opinión generalizada de los vecinos de Faluya, este hospital parece ser la excepción que confirma la regla de la reconstrucción. Las promesas de reconstruir las escuelas, las viviendas, las mezquitas y los edificios gubernamentales destruidos se han quedado en eso, en promesas.

La Autoridad Provisional de la Coalición, es decir, la administración civil de la ocupación, creada durante el primer año de ocupación, inició el proyecto y prometió que  la planta de tratamiento de agua sería el centro esencial del proyecto de reconstrucción estadounidense en Iraq.

En septiembre de 2011, el proyecto había costado 107,8 millones de dólares, cerca de cuatro veces más de lo inicialmente previsto. A pesar de que el proyecto está en ejecución sólo se han construido 6.000 viviendas para alojar a 38.400 personas, y aún no está terminado. Según Bagdad existen planes de terminar el proyecto, que costará unos 87 millones de dólares más de lo previsto y que supondrá tres años más hasta su completa finalización.

Dado que otros proyectos acometidos en Bagdad no se han terminado, el proyecto de una planta de tratamiento de agua en Faluya parece ser el símbolo de otra promesa rota hecha por las autoridades estadounidenses.

A finales de 2004, responsables estadounidenses e iraquíes iniciaron el pago de las indemnizaciones para la ciudad. Dawzi Mudhen, director del comité de reconstrucción de aquel momento, afirma que la compensación para los vecinos fue “bastante justa”, aunque pasó por alto el gran daño causado a la infraestructura de la ciudad.

Respecto a la cantidad de mil millones de dólares de compensación, Mudhen dice que de los 500 millones destinada a los propietarios de las viviendas dañadas solo se ha pagado la mitad y que de los 500 millones destinados a la reconstrucción de la infraestructura sólo se han empleado 100 millones.

Dos de los proyectos de reconstrucción más sobresalientes —el de una planta purificadora de agua y un proyecto de tratamiento de aguas residuales—se iniciaron en 2004. Siete años más tarde, el sistema de alcantarillado sigue sin estar terminado y el futuro del proyecto es incierto.

A pesar de que Bagdad ha destinado 100 millones de dólares para la reconstrucción de la ciudad de Faluya y 180 millones para la reconstrucción de viviendas, apenas pueden verse trabajos de reconstrucción en las calles de Faluya. La falta de electricidad, de agua potable y la carencia de un sistema de alcantarillado que funcione, siguen provocando el tifus en miles de hogares. “[…] Los estadounidenses no nos han traído nada bueno”, dice Ahmed Huseín,  taxista, a Al-Jazira. “[…] La mayoría estamos sin trabajo y luchamos por nuestra supervivencia”.

La casa de Barakat Yasín, jornalero, quedó completamente destruida durante el segundo asalto estadounidense a Faluya. “[…] No hemos recibido ninguna ayuda” explica y continua: “[…] Los estadounidenses nos echan de nuestras casas a patadas y las toman al asalto como sus cuarteles generales; después, cuando se marchan, las bombardean. Todavía seguimos viviendo en una casa de alquiler.” Yassin habló con Al-Jazeera  mientras muchos vecinos miraban y asentían a lo que decía. “[…] En la ciudad solo tenemos dos horas de electricidad al día otres con suerte”, afirma mientras el resto de los vecinos asiente con la cabeza. “[…] El agua no está depurada y la mayoría tiene que beber agua embotellada.”
Otro hombre, que nos pidió que no diéramos su nombre, añade que las fuerzas de seguridad del gobierno entran en Faluya con regularidad para “[…] Causar problemas. Hace tres meses detuvieron a muchísima gente. Asaltan viviendas y dicen que están buscando a alguien, pero en realidad solo están saqueando las casas”. Yassin añade: “[…] Esperamos que las cosas mejoren, pero las cosas empeoran año tras año”. La planta de tratamiento de aguas, una promesa a la ciudad de Faluya tras el asedio de abril de 2004, aún está sin terminar y sirve de ejemplo de lo que irrita a tantos vecinos de Faluya.


Fuente: http://www.aljazeera.com/indepth/features/2012/01/201212102823143370.html

Identificado el uranio enriquecido de los nuevos sistemas armamentísticos desplegados por Estados Unidos como causa de las malformaciones congénitas y el cáncer en Faluya.

23 octubre, 2011

Nota de prensa del equipo científico, 18 de octubre de 2011

Traducido para IraqSolidaridad por Paloma Valverde y editado por Patricio Suarez.

En un estudio epidemiológico realizado conjuntamente por científicos británicos e iraquíes, se han encontrado niveles llamativamente elevados de malformaciones congénitas junto con altas tasas de cáncer en Faluya, Iraq. El estudio [1] ha sido publicado en el International Journal of Environment and Health así como en el diario The Independent. Las enfermedades y los extraños cambios en la razón de sexos al nacer [2] han aparecido tras los ataques estadounidenses sobre la ciudad en el año 2004. Muchos creen que se emplearon armas de uranio empobrecido pero no hay pruebas disponibles de ello y las fuerzas estadounidenses han negado su uso. Ahora, un año después, los autores han establecido con certeza la causa de los cambios genéticos y genómicos producidos en los habitantes de la ciudad de Faluya. Samira Allani y Muhamed Tafash, dos pediatras del Hospital General de Faluya, Chris Busby, profesor visitante de la Universidad del Ulster [3], Malak Hamdam, ingeniera química y presidenta de la Fundación londinense Cáncer y Malformaciones Congénitas [4] y Eleonore Blaurock-Bush, cuyo laboratorio en Alemania llevó a cabo el trabajo analítico, han publicado en la revista indexada Conflict and Health los resultados de un exhaustivo estudio sobre la contaminación en Faluya.

El antedicho estudio se inició con el análisis del cabello de 25 padres y madres de niños que padecen malformaciones congénitas, para lo cual utilizaron un método inductivo altamente sensible llamado espectrometría de masas con fuente de plasma de acoplamiento inductivo (ICPMS en sus siglas en inglés). En el cabello, que excreta la contaminación por metales al igual que se excreta a través de la orina, se encontraron valores muy elevados de calcio, magnesio, estroncio, aluminio, bismuto, mercurio y uranio.

No obstante, de estos elementos sólo el uranio, elemento radiactivo, está asociado al desarrollo del cáncer y a las malformaciones congénitas. Los niveles de uranio fueron significativamente más elevados que los esperados en relación con otras medidas de control publicadas de poblaciones no contaminadas, particularmente de Israel y Suecia. Los niveles de la contaminación del suelo, de agua del grifo, de agua de río y de agua de pozo no explicaban los resultados hallados en el cabello pero, sorprendentemente, demostraron que el uranio medio ambiental no era natural sino fabricado por el hombre, aunque no era uranio empobrecido. En los depósitos de uranio natural, la razón de los dos isótopos del uranio —U238 y U235— es siempre 138. Para el uranio empobrecido la razón es siempre más alta: el uranio empobrecido puro tiene una razón por encima de 400. Sin embargo, en Faluya, la razón, tanto en el cabello de los padres y madres como en las muestras medio ambientales, era significativamente más baja, lo que indica la presencia de uranio enriquecido.

Las mujeres musulmanas en Faluya tienen el pelo muy largo, y se sabe que el pelo crece a una velocidad de alrededor de un centímetro al mes, por lo que para investigar la fuente del uranio el equipo de investigadores pudo conseguir información sobre la exposición histórica analizando toda la longitud del cabello de 5 mujeres. La contaminación en el pelo era mucho más elevada que en el pasado. En el caso de una mujer cuya melena medía 80 centímetros, se pudo rastrear hasta principios de 2005, justo después del ataque. La concentración de uranio en 2011 determinó que en el pasado la exposición al uranio fue de unos niveles altísimos. En su investigación, los autores prueban que los efectos de la contaminación por uranio en la salud de los niños se puede observar en todo Iraq, así como en los hijos de los veteranos de la guerra del Golfo. Además, esto es cierto para los casos de cáncer infantil, que de acuerdo con los estudios epidemiológicos realizados se ha comprobado que en Faluya la tasa es impactantemente alta: alrededor de 14 veces la esperada respecto a la población de Egipto. También se han investigado los efectos genotóxicos altamente anómalos del uranio. En 2009, Chris Busby escribió en la revista New Scientist que el uranio se une al ADN y demostró que el elemento concentra los antecedentes naturales de la radiación gamma en el ADN mediante un proceso denominado efecto fotoelectrón secundario.

Dado que el uranio enriquecido fabricado por el hombre se ha encontrado en el medio ambiente de Faluya y que los niveles son más altos que los hallados en el pasado, los autores llegan a la conclusión de que en la batalla de Faluya se utilizó algún tipo de arma basada en el uranio enriquecido y que ello es la causa principal de los altos niveles de cáncer y de enfermedades congénitas. La investigación analiza los sistemas de armas y cita patentes que requieren el uso de uranio en explosivos y otro tipo de armas anti persona (más que las armas de uranio de los blindados utilizadas en la primera guerra del Golfo). Además, la investigación incluye los dispositivos termobáricos y los nuevos explosivos recubiertos de uranio que matan carbonizando a las víctimas y que poseen efectos de presión que causan el colapso de los pulmones.

Es de resaltar que han aparecido rastros de uranio enriquecido en otros campos de batalla recientes, especialmente en el Líbano, donde la tierra procedente del cráter provocado por un misil en Jiam y también el polvo del filtro de aire de una ambulancia mostraban la presencia de uranio enriquecido en 2006, un descubrimiento del que informó Robert Fisk en The Independent. Los autores de esta investigación son incapaces de explicar por qué esas armas contienen o producen restos de uranio enriquecido y apela a que el ejército revele ahora la verdad sobre los sistemas armamentísticos empleados en los campos de batalla actuales.

El Dr. Busby señala que “[…] Lo que hemos hallado demuestra claramente que existe una nueva generación de armas basadas en el uranio [enriquecido] y que en la actualidad se están empleando, lo que nos lleva a este extraordinario incremento de casos de cáncer y de enfermedades congénitas que padecen los civiles inocentes y los soldados. Si hay poco uranio enriquecido para ocultar el uso de armas de uranio empobrecido o que el enriquecimiento es un requisito ineludible para algunos sistemas armamentísticos actuales, no lo sabemos, pero lo que sí hemos comprobado es el desarrollo de un artefacto de efecto indiscriminado y de consecuencias terribles e igualmente indiscriminadas. Lo más probable es que la OTAN utilice también esas armas en Libia y habrá que esperar con preocupación el incremento de casos de cáncer y de malformaciones congénitas tras esta última guerra.

Malak Hamdan añade que “[…] Este extraordinario descubrimiento de una nueva arma de uranio [enriquecido] debería servir para que el mundo entero despierte. No podemos continuar negando que esas armas radiactivas puedan discriminar sus efectos entre objetivos militares y no militares. Precisamente por esta razón, un altísimo número de personas inocentes han muerto y morirán en un futuro, sin contar el sinnúmero de padres y madres que mirarán con horror y piedad a sus hijos porque durante varias generaciones los niños seguirán naciendo con malformaciones congénitas como resultado de las modificaciones genéticas hereditarias provocadas por la exposición a partículas de polvo de uranio.

Notas de IraqSolidaridad:

1.- El estudio completo está disponible en inglés en: http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC3177876/
2.- Cociente entre el número de niñas y de niños que nacen.
3.- El Dr. Busby es secretario científico del Comité europeo sobre el riesgo de radicación (www.euradcom.org), colabora como investigador con en el Laboratorio Federal de Agricultura de Alemania —Instituto Julius Kuehn de Braunschweig— y es director de la organización Green Audit (www.greenaudit.org).
4.- Véase la página web de la Fundación, disponible en inglés en: http://www.thecbdf.org.

Fuente: Enviado por uno de los autores a la CEOSI (www.iraqsolidaridad.org)

Resumen del informe de la organización OWFI La crisis medioambiental de Hawijah y la herencia de las bases estadounidenses*

11 octubre, 2011

Warresisters.wordpress.com, octubre de 2011

El informe sobre los daños medio ambientales y humanos, provocados por la base estadounidense establecida en la ciudad de Hawija (45 Km al sur de Kirkuk), fue dado a conocer a finales de agosto por la organización Women’s Freedom in Iraq.

[…] El informe [1] da a conocer que en una ciudad de solo 109.000 habitantes existe una generación de niños que sufren poliomielitis, daños cerebrales o atrofia. Los 412 casos de estos niños y adolescentes están registrados en clínicas, pero hay otros 600 casos sin registrar. De igual manera, el cáncer se extiende como una epidemia, especialmente entre los adolescentes a los que ni el gobierno iraquí ni Estados Unidos les provee la medicación que necesitan.

Estados Unidos es responsable de la radiación y del arsenal de munición y explosivos que aún siguen activos en una zona que se encuentra a menos de un kilómetro y medio de los barrios, sin que haya medida ni advertencia alguna para proteger a los civiles o para impedir que los niños accedan a esa zona. Las edades de los afectados incluidos en el estudio van desde niños de meses hasta jóvenes de 19 años

Lista con los nombres de los niños con cáncer y sujetos del estudio. Hawija, agosto de 2011.

Estados Unidos mantiene que esta guerra ha sido ‘limpia’, pese a las numerosísimas pruebas irrefutables de que Estados Unidos ha utilizado fósforo blanco, napalm y uranio empobrecido, gases venenosos y asfixiantes contra los civiles iraquíes, todas ellas armas prohibidas por el Protocolo de Ginebra de 1925 que prohíbe el uso de métodos bacteriológicos de guerra. Estados Unidos no firmó el tratado. Durante la década de 1960, Reino Unido se adhirió al protocolo y se deshizo, con la ayuda especial de la entonces Unión Soviética, de su arsenal bacteriológico. En 1969 Nixon anunció la destrucción de su arsenal biológico. Parece que del anuncio no se pasó a los hechos.

El informe de Women’s freedom revela la extremada contaminación nuclear de la zona, especialmente en los pueblos colindantes como Kabiba, Hamudiya, Abu al-Sakra, al-Atshana y Hor al-Sufun. Por ejemplo, en Kabiba, un pueblo con 1400 habitantes se han producido 21 casos de cáncer.

La organización Womens’s Freedom exige al gobierno estadounidense que asuma su responsabilidad de la tragedia de las decenas de miles de afectados en la región; compensaciones morales y materiales a las víctimas y a sus familias y reclaman la ayuda de las organizaciones internacionales para conseguir estos objetivos.

Notas de Iraq Solidaridad
1.- El informe, realizado entre el 16 y el 23 de agosto de 2011, lleva por título La base estadounidense transforma la ciudad de Hawijah (45 kilómetros al sur de Kirkuk) en una zona de crisis: Cientos de niños paralíticos y adolescentes con cáncer [U.S. Army Base Transforms the Town of Hawijah (30 miles south of Kirkuk) into a Crisis Zone: Hundreds of Paralyzed Children and Teenagers with Cancer]

* Debido a la longitud de este informe, no hemos considerado oportuno su publicación completa dando cuenta aquí de los puntos esenciales del mismo. El informe completo en inglés está disponible en inglés: http://warresisters.wordpress.com/iraq-reports-analysis-and-interviews-on-movement-building-now/owfi-report-hawijah-in-crisis-and-the-legacy-of-us-bases/ y en árabe: http://evandarraji.blogspot.com/2011/08/blog-post_26.html

Treinta y seis localizaciones iraquíes contaminadas por radiactividad

21 septiembre, 2011

Aljazeera , 19 de septiembre de 2011
IraqSolidaridad, 21 de septiembre de 2011

Traducido por Al Fanar Traductores (www.boletin.org) para Iraqsolidaridad

El anuncio hecho por el Ministerio de Ciencia y Tecnología iraquí sobre la existencia de 36 localizaciones contaminadas con uranio empobrecido en el país ha desencadenado el miedo de los iraquíes a pesar de que el Ministerio ha intentado tranquilizar a la población diciendo que el índice de contaminación en esas zonas no representa un gran peligro.

Fuad al Musawi, subsecretario del Ministerio, anunció que, según los últimos datos del Ministerio, estas 36 zonas contaminadas son puntos de deshecho de armas y residuos de las tropas estadounidenses e indicó que en los últimos dos años se han descubierto 48 puntos contaminados. En declaraciones a la prensa, Al Musawi añadió que 23 de esos puntos están en la provincia de Basora, tres en Bagdad y el resto repartidos por otras provincias.

Según esta misma fuente, el Ministerio de Ciencia y Tecnología se habría dirigido al Ministerio de Finanzas para pedir que se destine un presupuesto a limpiar las zonas contaminadas que quedan. Los equipos técnicos del Ministerio necesitan un año para eliminar esos puntos contaminados.

Aumenta el número de afectados

Shaker Kadem, director del departamento de Energía Nuclear del Ministerio de Sanidad, manifestó a aljazeera.net que la radioactividad y la lucha contra ella es responsabilidad del Ministerio de Medio Ambiente, aunque Sanidad trata los casos de cáncer provocados por la radioactividad en todo el territorio iraquí a través de sus hospitales.

Según este responsable, en los años noventa el número de enfermos de cáncer se cuadriplicó y aunque las cifras anuales de afectados no se han dado a conocer, afirmó que en muchas zonas de Iraq su número ha aumentado.

Situación peligrosa

Siham Shayiri, especialista en contaminación radioactiva, informó a aljazeera.net de que desde la década de 1980 Iraq sufre radioactividad, aunque la contaminación radioactiva aumentó a partir de 1991, con la segunda guerra del Golfo y en 2003 con la invasión de Iraq [1]. Según esta experta, Iraq nada en una laguna de puntos contaminados con uranio empobrecido, cuyo número es superior al declarado (36), ya que hay puntos a los que las autoridades iraquíes no pueden acceder por estar ubicados en zonas conflictivas o en zonas fronterizas.

Shayiri alertó del peligro de la situación de Iraq y señaló que hay muchas zonas contaminadas con uranio empobrecido, como por ejemplo en el barrio Al Intisar, en la provincia de Nayaf en el que el número de mujeres afectadas por cáncer de mama ha aumentado considerablemente, como consecuencia de los residuos radioactivos estadounidenses. También hay casos de malformaciones en recién nacidos en Faluya debido a que durante el año 2004 se emplearon armas prohibidas internacionalmente [2].

Esta experta acusó al gobierno iraquí y a la ocupación estadounidense de no tratar las zonas contaminadas, lo que aumenta el riesgo de que la contaminación se disperse. En su opinión, las tropas estadounidenses tienen la responsabilidad de poner solución a los daños causados desde 1991 hasta la fecha.

La contaminación en Basora

Zohra al Buyari, miembro del Consejo Provincial de Basora, declaró a aljazeera.net que la provincia es una de las más afectadas por la contaminación radioactiva, con 23 puntos contaminados con uranio empobrecido, y que desde 1980 [durante la guerra irano-iraquí en la provincia] se emplearon diferentes tipos de armas que provocaron contaminación radioactiva. Desde 1991 hasta la fecha, en Basora se han empleado armas contaminadas con ese isótopo de uranio, a lo que hay que añadir los residuos radioactivos dejados por las tropas estadounidenses.

Según esta fuente, el consejo de la provincia se queja de la escasez de dinero destinado a tratar los lugares contaminados y de la futilidad de los esfuerzos de las organizaciones de Naciones Unidas especializadas en este ámbito. En su opinión, el gobierno debe aumentar el presupuesto destinado descontaminar estas localizaciones y las organizaciones especializadas en contaminación medioambiental y radioactiva deben aportar su experiencia.

Cabe recordar que, entre 1991 y 2003, en zonas del sur de Iraq se emplearon armas recubiertas de uranio empobrecido, a lo que hay que añadir que las tropas estadounidenses dejaron tras de sí herramientas y aparatos contaminados por la radioactividad lo que contaminó grandes extensiones en esas provincias y, de un modo especial, Basora y Nasiriya.

Notas de IraqSolidaridad:

1.- Véase el informe de ‘Global Policy Forum’ (II) “Uso de armas indiscriminadas y especialmente dañinas en Iraq”, marzo de 2007, disponible en español en IraqSolidaridad en: http://www.iraqsolidaridad.org/2007/docs/20_04_07_Informe_Global_Armas.html
2.- Kelley Beaucar Vlahos, “Los niños de la guerra. Las armas estadounidenses que pacificaron Faluya y envenenaron a una generación”, 13 de julio de 2011, disponible en español en IraqSolidaridad: https://iraqsolidaridad.wordpress.com/2011/07/20/los-ninos-de-la-guerra-las-armas-estadounidenses-que-pacificaron-faluya-y-envenenaron-a-una-generacion/

Texto original en árabe en: http://www.aljazeera.net/NR/EXERES/17A87F88-F5EB-4317-97FE-A42E94D46762.htm

¿Existen datos epidemiológicos que apoyen la sospecha del uso de uranio empobrecido por parte del Ejército de Estado Unidos durante la guerra de Iraq?

5 agosto, 2011

Por Patricio Suárez*

Las observaciones directas de los médicos y de algunos informes habían puesto de manifiesto un incremento en el número de malformaciones congénitas y casos de cáncer en Faluya que se habían relacionado con el posible uso de uranio empobrecido durante las duras batallas que tuvieron lugar en esa ciudad en 2004. A comienzos de 2010, los autores del artículo [1] organizaron un equipo de investigación que trató, mediante trabajo de campo, de recoger datos epidemiológicos sobre incidencia de cáncer, defectos congénitos y razón de sexos al nacimiento que permitieran evaluar si había tenido lugar un incremento de dichos problemas de salud después del año 2004.

El equipo de investigadores visitó 711 hogares de Faluya y recogió las respuestas a un cuestionario en árabe que indagaba sobre la existencia en la familia de casos de cáncer, malformaciones congénitas y mortalidad infantil. La población estudiada en la muestra fue de 4.843 personas y el porcentaje de respuesta al cuestionario fue algo mayor del 60%. Se calcularon los Riesgos Relativos [RR] (cuántas veces más probable es padecer el problema de salud en cuestión en la zona de estudio que en la de comparación) ajustados por edad y se compararon con los del Registro de Cáncer de Oriente Próximo (Middle East Cancer Registry, MECC) para 1999 y las tasas de Jordania del período 1996-2001.

Entre enero de 2005 y el final del período de estudio se encontraron 62 casos de cáncer, lo que supone un Riesgo Relativo de 4,22 (es decir, una incidencia 4 veces mayor que en la zona de comparación) con un Intervalo de Confianza entre 2,8 y 6,6 (como mínimo la incidencia casi triplica la “esperada” y podría ser casi siete veces mayor). De los casos de cáncer, 16 corresponden con tumores malignos infantiles (niños menores de 15 años), lo que representa un RR de 12,6 (casi 13 veces más incidencia de la “esperada”) con un intervalo de confianza entre 4,9 y 32 (como mínimo el riesgo está multiplicado por cinco y podría llegar a ser 32 veces mayor). Según los tipos específicos de tumores, los riesgos más altos se encontraron en leucemias de todos los tipos en el grupo de edad de 0-34 (20 casos, un incremento de riesgo de 38), linfomas (ocho casos, riesgo nueve veces mayor), cáncer de mama de 0-44 años (12 casos, riesgo multiplicado por diez) y tumores cerebrales en todas las edades (cuatro casos, lo que supone siete veces más riesgo).

Para el cálculo de la mortalidad infantil se tuvo en cuenta la tasa media de natalidad del periodo 2006-2009 a la que se añadió 1/6 de la tasa anual para tener en cuenta el bimestre enero-febrero de 2010. En ese periodo, se encontraron 34 defunciones en menores de un año, lo que supone una tasa de 80 por 1.000 (80 defunciones por cada 1.000 nacidos vivos). Dicha tasa es 4,2 veces mayor que la de Egipto (19,8 por 1.000) y mucho mayor también que la de otros países del entorno, como Jordania (17 por 1.000) o la de Kuwait (9,7 por 1.000) en el año 2008.

El tercer hallazgo del estudio tiene que ver con una inversión de la razón de sexos (cociente entre el número de niños y el número de niñas) al nacimiento. Normalmente, esta razón en poblaciones humanas es una constante: nacen 1.050 niños por cada 1.000 niñas. Una alteración de esa cifra sugiere algún tipo de daño o agresión genética. Las razones encontradas por los investigadores están claramente alteradas, en especial en el grupo de edad 0-4 años: así, por cada 1000 niñas de las cohortes de 0-4, 5-9, 10-14 y 15-19 encontraron 860, 1.182, 1.108 y 1.010 niños. Se observa, por lo tanto, un déficit del número de varones en el primer quinquenio de edad.

Los datos epidemiológicos parecen apoyar rotundamente la existencia de un muy relevante incremento del número de casos de cáncer, en especial de tumores malignos habitualmente relacionados con la exposición a radiaciones ionizantes, y de malformaciones congénitas.

Más discutible es el hallazgo de la inversión de la razón de sexos al nacimiento: dado que se está realizando un análisis longitudinal de datos recogidos en un corte transversal, las cifras encontradas podrían deberse no a una inversión de la razón de sexos al nacer sino a una sobremortalidad diferencial masculina post-natal. Con la metodología empleada no es posible estimar ese sesgo y se debería ser muy cauteloso en las conclusiones sobre este tercer aspecto del estudio. Obviamente, el estudio no puede concluir -no era la pregunta- acerca de si se utilizó o no uranio empobrecido en la batalla de Faluya, pero aporta pruebas epidemiológicas que no descartan el uso de dicho tipo de armamento.

Notas:
1.- Cáncer, mortalidad infantil y razón de sexos al nacer en Faluya, Iraq 2005-2009.
[Original: Busby C, Hamdan M, Ariabi E. Cancer, Infant Mortality and Birth Sex-Ratio in Fallujah, Iraq 2005-2009. Int J Environ Res Public Health 2010; 7: 2828-2837. doi:10.3390/ijerph7072828]

*Patricio Suárez es epidemiólogo y miembro de la Campaña Estatal contra la Ocupación y por la Soberanía de Iraq (CEOSI)