Archive for the ‘Derechos Humanos// Human Rights’ Category

Iraq ejecuta a 23 personas en dos días

7 octubre, 2013
Naharnet Newsdesk, 1 de octubre de 2013

IraqSolidaridad, 7 de octubre de 2013
Traducido del inglés por Beatriz Morales Bastos para Rebelión e IraqSolidaridad

Edición IraqSolidaridad

El ministro de Justicia iraquí afirmó el pasado miércoles [2 de octubre de 2013] que durante dos días del mes de septiembre Iraq ejecutó a 23  personas , la mayoría de ellas condenadas por delitos de terrorismo. 

Un portavoz del ministro señaló que 20 de las 23 personas eran o bien miembros de al-Qaeda o personas implicadas en delitos de terrorismo, mientras que tres de ellas fueron condenadas por ‘delitos’ no especificados.

Las ejecuciones se llevaron a cabo los días 22 y 26 de septiembre.

Con estas muertes, el número de personas ejecutadas este año en Iraq llega al menos a 90, según el cómputo de la Agencia France Presse que se basa en informes del Ministerio y de funcionarios.

Las ejecuciones en Iraq, que normalmente se llevan a cabo en la horca, han provocado la condena generalizada de la Unión Europea, Naciones Unidas  y organismos de defensa de los derechos humanos.

“[…] Las autoridades iraquíes han elegido hacer oídos sordos a las repetidas peticiones de no ejecutar a los presos y de no basarse en «[…] confesiones dudosas obtenidas bajo tortura”, afirmó el mes pasado Hassiba Hadj Sahraoui de Amnistía Internacional. “[…] Es difícil de creer que pueda imponerse una pena de muerte después de un juicio extremadamente injusto”.

Navi Pillay, Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, afirmó este año que el sistema de justicia penal de Iraq “[…] No está funcionando adecuadamente”, y puso de relieve “[…] las muchas condenas basadas en confesiones obtenidas bajo tortura y malos tratos, así como sistemas y procedimientos judiciales débiles que no están a la altura de las normas internacionales”.

“[…] En esas circunstancias, la aplicación de la pena de muerte es desorbitado ya que no se puede reparar cualquier fallo injusto como consecuencia de la pena capital”, afirmó Pillay.

Texto original en inglés

Carta del Dr, Salim Al-Jubouri, Chairman of the Iraqui House of Representatives Human Rights Committe al 5º Congreso mundial sobre la pena de muerte

14 junio, 2013

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Carta al Secretario general de Naciones Unidas de todos los manifestantes iraquíes

3 May, 2013

Carta enviada con copia al embajador Martin Kobler

Albasrah, 3 de mayo de 2013

IraqSolidaridad, 3 de mayo de 2013

Traducido para IraqSolidaridad y Tribunal BRussells por Paloma Valverde

Martin Kobler en la sede de Naciones Unidas en Nueva York

Martin Kobler en la sede de Naciones Unidas en Nueva York (Foto Reuters)

Los manifestantes de las calles de Iraq presentan sus respetos a su Excelencia el Sr. Ban Ki-Moon, Secretario general de Naciones Unidas, y tiene el honor de comunicarle lo siguiente:

Las masas de manifestantes del pueblo iraquí perciben claramente que el Sr. Martin Kobler, representante de la Misión de Naciones Unidas en Iraq, se muestra indiferente a los sucesos que acaecen en Iraq, especialmente a los crímenes contra los manifestantes de Hawiya, y de todos los lugares de las protestas. No ha manifestado interés por las ejecuciones perpetradas por las autoridades gubernamentales en Iraq ni por lo que está ocurriendo en relación con las gravísimas violaciones de los derechos humanos, que están garantizados por las más elementales leyes nacionales e internacionales. El Sr. Kobler no ha informado de haber realizado ninguna denuncia ni ha condenado lo que está ocurriendo en Iraq: las prácticas de detenciones , la tortura y el asesinato de los prisioneros iraquíes.

Los manifestantes iraquíes desean manifestar que consideran que al embajador Marin Kobler persona non grata en Iraq, y exigen que se nombre a otra persona en su lugar,  alguien más interesado en la causa de los oprimidos iraquíes y no una persona seguidora de los deseos del gobierno iraquí; alguien que denuncie y critique abiertamente los hechos, que se caracterizan por el odio y el sectarismo, y que eleve las legítimas demandas de los manifestantes iraquíes al Secretario general de Naciones Unidas, así como a otros foros internacionales relevantes y lo haga de manera inmediata.

Los manifestantes iraquíes esperan de forma pacífica que el Secretario general de Naciones Unidas responda a sus legítimas exigencias y aprovechan la oportunidad para dar las gracias y expresar su gratitud y aprecio.

Hawiya hoy: 150 víctimas entre muertos y heridos

23 abril, 2013

Actualización nota informativa de la CEOSI

IraqSolidaridad, 23 de abril de 2013

Imagen de Hawiya hoy, 23 de abril de 2013, a las 18h hora española

Imagen de Hawiya hoy, 23 de abril de 2013, a las 18h ( hora española)

Sin que aún haya datos contrastados, todo apunta a que ya son 150 las víctimas, entre muertos y heridos, que han sucumbido a los equipos SWAT del gobierno títere de Maliki. Se desconoce si el número de 50 muertos, barajado hasta el momento, ha podido aumentar.

Las tropas especiales de las unidades SWAT [armas y tácticas especiales] han irrumpido en el lugar en el que estaban acampados los manifestantes de Hawiya y han abierto fuego contra los civiles que allí exigían sus derechos.

Los vehículos militares  han atropellado a los heridos que no podían huir, al tiempo que daban caza a quienes sí podían hacerlo, disparando a discreción contra la multitud que huía de la carnicería que se avecinaba.

La resistencia ha intentado repeler el ataque, haciendo honor a su palabra de defender a los civiles si estos eran atacados por las fuerzas iraquíes mientras se manifestaban o llevaban a cabo cualquier tipo de protesta.

En vista de las crecientes olas de manifestaciones de los viernes que se producen en todo el país de norte a sur, a lo que se suman los días de desobediencia civil que se celebraron ayer en muchas ciudades iraquíes, parece que el desproporcionado ataque de hoy no es sino una advertencia de que el gobierno de Maliki no va a tolerar más protestas.

Uno de los mensajes que se han escuchado hoy en Hawiya ha sido: “[… ] Hoy Makili nos ha declarado la guerra, pero nosotros no vamos a parar”.

Por otra parte, la Asociación de Ulemas Musulmanes ha publicado un comunicado en el que expresa “[…] Su máximo pesar por las víctimas del valiente pueblo de Hawiya y el martirio de sus habitantes” y añade: […] Hawija ha actuado como le ha dictado su obligación: protestaron pacíficamente y exigieron sus legítimos derechos, y no se les puede culpar porque el gobierno no entienda otro lenguaje que el de la sangre”.

La CEOSI reitera su máximo apoyo a la legítima resistencia armada iraquí, de acuerdo con la legislación internacional vigente, al tiempo que expresa su firme solidaridad con las protestas de los ciudadanos iraquíes en defensa de sus derechos inalienables, así como su máxima condena de  los asesinatos perpetrados por las fuerzas armadas iraquíes que representan a un gobierno impuesto por la ocupación criminal angló-estadounidense.

Crónica de una década infernal en Iraq

11 abril, 2013

Karen Marón*

Bagdad, 10 de abril de 2003

Edición de IraqSolidaridad, 19 de abril de 2013

» ‘Quieren un Iraq sin iraquíes’ he escuchado repetidamente en Iraq estos diez años y la idea no resulta tan descabellada».

Foto El Nuevo Fígaro

Foto El Nuevo Fígaro

La llegada a Bagdad se convirtió en realidad tras la invasión y ocupación. Me convertí desgraciadamente en testigo privilegiado de la historia de un conflicto permanente, con mil aristas que se empeñan en ocultar y que los medios se obstinaban en denominar la posguerra de la guerra que nunca fue. Un discurso que alimenta la confusión y crea «corresponsales de guerra» con pies de barro, que cuentan sus historias como en un reality y obvian la tragedia humana de las víctimas, de todas las víctimas.

Lejos están los ecos de las manifestaciones masivas contra la invasión a Irak, aquellos días cercanos al 20 de marzo de 2003 y durante la caída de Bagdad, un día como ayer, el 9 de abril, hace diez años.

La pregunta ahora es dónde estallará el próximo conflicto, mientras los tambores de guerra no cesan de resonar ¿Irán, Corea? Y sin embargo, para los iraquíes la guerra está en casa, en sus mentes, en sus corazones.

Falaz fue la declaración del 1 de mayo sobre «el fin de la guerra» y que con desidia repetían los medios. El conflicto se vive diariamente como un estigma que los atormenta. Porque su bendición «es nuestro castigo», reiteran los iraquíes. «Sin petróleo, nunca nos hubieran invadido».

Un país sin alma

Cada día es un nuevo suplicio. Se manifiesta en los rostros, en el andar cansino de los cuerpos, en las miradas lúgubres de los adultos y la tristeza prematura de los niños.

Hace 10 años se abrió la caja de Pandora. Ante cada regreso a Irak para cubrir los acontecimientos se observa la obscenidad de este conflicto eterno. Obsceno es el término más ajustado para calificar la situación en Irak, después de doce viajes y años acumulados de estancia, un récord en la prensa latinoamericana.

Una obscenidad que estremece. Después de diez años de la prometida democracia, esta solo es un recurrente recurso discursivo que convence a algunos. En las calles de Bagdad hay quien repite: «Preferíamos a Saddam». Aunque eso no lo exculpe de sus atrocidades, muchas y de las más crueles.

Pero los «Martillo de Hierro», «Ciclón Ascendente», «Ráfaga de Relámpago» se multiplicaron y se cobraron sus víctimas con descaro. Víctimas que nada sabían de armas químicas, rutas del petróleo o posicionamientos geoestratégicos.

Si el papel del Ejército de EEUU consiste en mantener la seguridad en el mundo para su economía, como dijo el Mayor Ralph Peters, y que «para alcanzar esta meta, estamos dispuestos a matar a un número aceptable de personas» ¿Cuál es el número aceptable de víctimas que se tendrá que cobrar en Irak? «Quieren un Irak sin iraquíes», escuché repetidamente en Irak estos diez años y la idea no resulta tan descabellada.

Lo demuestran las desapariciones, arrestos arbitrarios, centenares de muertos en circunstancias sospechosas y víctimas causadas por la destrucción del sistema de asistencia sanitaria, la red hidráulica y la devastación de los cultivos agrícolas. El 40% de los conductos han sido destruidos, lo que provoca falta de agua potable. Más de un cuarto de millón de niños no se han vacunado y corre el riesgo de morir por enfermedades evitables. La asistencia escolar cayó un 65% y el uranio empobrecido aumentó los casos de cáncer en un 1.200%.

Pero para destruir una sociedad, hay que desmantelar también la educación y hacer desaparecer a sus cabezas pensantes. Son más de 400 los profesores universitarios desaparecidos y asesinados selectivamente, y varios cientos más que han huido.

La salud de la población está seriamente afectada a partir de uno de los crímenes de guerra que se confirmó en 2006, cuando se admitió la utilización de bombas de fósforo blanco, conocido como el nuevo Napalm -el tristemente célebre Agente Naranja, utilizado por los estadounidenses en Vietnam contra los civiles y fabricado, entre otras, por la empresa Monsanto-.

«Se detectaron nuevos casos de cáncer sobre todo en los niños y personas que permanecieron en Falujah durante los infinitos ataques. Es probable que hayan recibido grandes dosis de radiación, pero nuestra capacidad hospitalaria está saturada», denunciaba Muhamad Tareq al-Darraji, director del Centro de Estudios de Democracia y Derechos Humanos de Falujah.

El testimonio de exmarines después de la operación reveló la magnitud del crimen «Oí la orden de que estuviéramos atentos porque acababan de utilizar el fósforo blanco. En la jerga militar se le conoce como Willy Pete… quema, derrite la carne hasta los huesos… he visto cuerpos quemados de mujeres y niños… fue un genocidio, un homicidio masivo», manifestó uno de ellos en la RAI. El saldo fue 36.000 hogares, más de 60 escuelas y 75 mezquitas destruidas.

«No me interesa el tiempo transcurrido desde la ocupación, me importan las consecuencias y eso está a la vista», señala Hakim tras el mostrador de un negocio sobre la calle Yafa frente a la otrora llamada Zona Verde, donde los muros de protección se multiplican. «Mire a su alrededor», invita.

Coches sin orden que se cruzan y atascos eternos. No hace demasiado tiempo, se veían los convoy militares y las hileras de Humvees con carteles en su parte posterior traducidas al árabe con la consigna «Guarde la distancia o disparamos».

Lejos del discurso de pacificación y orden, las atalayas de cemento y barricadas ganan espacio, la reconstrucción es inexistente y la inseguridad es tema diario. A los cortes de energía cada cuatro horas, la escasez de agua, la falta de medicinas, el crecimiento de la pobreza y la desocupación, se suma la aparición de nuevas enfermedades producto de la carencia de infraestructuras.

La guerra que comenzó hace 22 años

«Esta es una pregunta difícil. Pero sí, nosotros pensamos que valió la pena» dijo la exsecretaria de Estado Madeleine Allbright cuando en 1996 le preguntaron sobre la muerte de 500.000 niños en Irak.

Y es que esta guerra comenzó el 17 de enero de 1991 con los primeros ataques norteamericanos contra Irak, que causaron 200.000 víctimas. El embargo fue el asesino que acechaba silencioso y mataba sin cesar, provocando que medio millón de iraquíes murieran por desnutrición y falta de medicinas entre 1991 y 1998. Dos décadas más tarde, las cifras se multiplicaron y el asesino no es el embargo, sino los efectos de la ocupación que los fumigó con armas químicas.

Y fumigar no es una palabra elegida arbitrariamente. «Debemos superar etapas militares muy, muy brutales, para tratar con esta gente», decía Rush Limbaugh, consejero de Bush: «Puede que tengamos que utilizar más armas que las convencionales contra estas personas. Es como si quieres deshacerte de vuestras cucarachas con insecticida…». Esas palabras plasman la terrible vida cotidiana de los iraquíes, que perdieron su condición humana bajo la mirada del ocupante.

Con un saldo de 1,2 millones de muertos civiles -según la revista médica británica «The Lancet»- se convirtió en el primer genocidio del siglo XXI.

Pero junto al genocidio hubo un «urbicidio» -no se ha reconstruido ni el 5% de los edificios que se destruyeron durante la invasión- y un «memoricidio». Se ha destrozado la memoria de la humanidad -como se considera a esa zona de confluencia de los ríos Tigris y Eúfrates- con total impunidad. Y mientras la ocupación hizo retroceder siglos el estado jurídico de las mujeres, se destruyó el tejido social, económico, sanitario, educativo y se aniquiló la cultura, se desencadenó una ola de ejecuciones extrajudiciales de rebeldes, nacionalistas y opositores a la ocupación y civiles del Baath.

Pero el interés por provocar una guerra civil se topó con la resistencia de los iraquíes a dar paso a la proclamada balcanización de la sociedad y cultura islámica y árabe.

Los sumergieron en una ola de atentados donde se sospecha de la injerencia de los servicios de inteligencia de EEUU, Gran Bretaña e Israel, agentes árabes, o los llamados «locos» azuzados por el Grupo de Operaciones Preventivas Proactiva, el P2OG del exsecretario de Defensa estadounidense Donald Rumsfeld diseñado para estimular la reacción «terrorista». Se intentó utilizar el conflicto interno como parte de su estrategia de retirada. «Rechazamos la guerra civil», me manifestó el 90% de los iraquíes consultados. Y ellos intentan resistir.

El mismo Saddam, amado y odiado, llamó a los iraquíes a que no cayeran en una guerra fratricida durante el juicio que ordenó su ahorcamiento. El arzobispo latino de Bagdad, monseñor Jean Benjamin Sleiman, advirtió de que «desde el final de la guerra hasta hoy estamos en un gran caos. Vivimos verdaderamente en un país sin reglas. Han vuelto a resurgir realidades que parecían muertas, como el tribalismo y el fanatismo», agregó, en pleno éxodo masivo por las amenazas de los islamistas rigoristas.

Las mil caras del conflicto

La limpieza étnica se inició desde los albores de la invasión. Los kurdos, apoyados por Israel y la CIA y asentados en la región de Kirkuk -abundante en petróleo-, llevaron a cabo el proceso inverso de arabización que les infligió el régimen de Saddam.

Desatada la «guerra de las mezquitas», las consecuencias han sido hasta ahora la destrucción de centenares de templos y miles de muertos y heridos. Se ha denunciado que los servicios de Inteligencia de EEUU e Irán serían los responsables de estas matanzas para la generación del caos. Mientras tanto, las temibles milicias Bader del Ministerio de Interior descargan su ferocidad en centros clandestinos de detención y tortura.

Los errores están a la vista. Los ocupantes y sus cómplices violaron todos los derechos humanos, alejándose irremediablemente de la población, que decidió colaborar con las fuerzas de la resistencia. Rechazando al mismo tiempo la injerencia de grupos como Al Qaeda, que nada tiene en común con la idiosincrasia iraquí y al que consideran un invento de EEUU, como cuando acusaba de todos los males a un fantasmagórico Al Zarqawi en el que nadie cree en Irak.

EEUU, con una errada visión, identificó a todos los suníes con el Partido Baath y de allí su alianza estratégica con los iraquíes pro-Irán, que produjo que en el sur se instalaran más de dos millones de persas, que en algunos barrios bagdadíes se utilice el rial como moneda y se hable en farsi, mientras a nivel mundial considera a los iraníes sus enemigos más temibles.

Pero hubo un momento en que los estadounidenses decidieron dialogar con la resistencia, cuando admitieron que estaba poniendo en jaque al Ejército más poderoso del mundo con su guerra de guerrillas. «El poder lo tiene la resistencia», me decía Ahmed, oriundo de Samarra el 15 de diciembre de 2007 durante las elecciones. La prueba fue que cuando garantizaron que ese día no habría atentados, el país se sumergió en una paz inusual. «Los iraquíes no matan iraquíes», expresaba Ahmed, un joven profesor de educación física en Bagdad, refiriéndose a los ataques del fantasmal Musab Al-Zarqawi. «Él es Al Qaeda y ellos son Arabia Saudí. No es resistencia iraquí. Nada tienen que hacer en nuestro país (…) Hasta creo que son los mismos que la CIA entrenó en Afganistán».

Entre todos los fuegos

Pocos se sienten a salvo. Se saben y se sienten entre todos los fuegos.

Mientras tanto, a diez años del aniversario de la ocupación, las palabras de Hakima repican en mi mente. «Yo les suplico a los americanos que me devuelvan a mis hijos. Por favor, que no los torturen más», reclamaba desesperada en las puertas de Abu Graib aquel 2 de mayo de 2004.

Y también recuerdo los ojos de Alí, de cuatro años, sin su brazo y pierna izquierda mirando a los adultos con ojos que preguntaban por qué había perdido parte de su cuerpo y a 16 miembros de su familia bajo el ataque de un avión F16 sobre Falujah.

Escucho a Hiba de 13 años, mutilada después de que una bomba racimo impactara sobre su casa en Bagdad un 6 de abril durante la invasión. Y a Samir, destruido en cuerpo y alma tras tres guerras y un embargo. Y a aquel pianista del Hotel Al-Hambra, hace años famoso, que se convirtió en un paria, evocando la guerra contra Irán, el bloqueo y los amigos que le robaron las tragedias.

Y a Ahmed, Jassim, Mohamed, Yamila, Nassir y Sabah y a todas las víctimas de esta guerra y de todas las guerras que pelea inconscientemente la humanidad, porque cree que valen la pena…

Nuevas ejecuciones en Iraq

3 abril, 2013

Nota informativa de la CEOSI, 3 de abril de 2013

La CEOSI, junto con Amnistía Internacional y el Centro Internacional por la Justicia en Ginebra, condena las nuevas  ejecuciones en Iraq

 

Según los últimos datos dados a conocer por fuentes bien informadas, el gobierno iraquí ha vuelto a poner en práctica las crueles e inhumanas ejecuciones que han sido firme y rotundamente condenadas por multitud de organizaciones de defensa de la Justicia y los Derechos Humanos, entre ellas Amnistía Internacional y el Centro Internacional por la Justicia en Ginebra en una nota de prensa.

Ayer fueron ejecutados en Iraq cuatro personas: Manaf  Abdulrahim Abdulhamid Issa al-Rawi, Mohammad Nuri Matar Yasin, Ibrahim Abdulqader Ali Antik y Mohammad Jaber Tawfiq Obaid. En el corredor de la muerte se encuentran Safa Ahmad Abul Aziz  Abdullah y Abdulá Azam Salej Musfer al-Qatani, este último de nacionalidad saudí. Sin embargo se teme que pueda haber más personas en espera de su ejecución.

Los ejecutados habían sido sentenciados a muerte en marzo de 2011 acusados de asaltar una tienda de Bagdad en 2009 en la que murieron los dueños. Los acusados confesaron ser miembros Al Qaeda, aunque más tarde pudieron informar a sus abogados de que sus confesiones fueron arrancadas con torturas (abrasiones en genitales, asfixia con bolsas de plástico en la cabeza y brutales palizas), una práctica habitual en las cárceles estadounidenses en Iraq y que se ha convertido en otra criminal herencia de la ocupación.

Por si esto no fuera suficiente, y violando el derecho a un juicio justo, según indicación de los letrados de la defensa, Azan Salej Musfer al-Qatani (ahora en el corredor de la muerte) ‘confesó’ en la cadena televisiva al-Fayha su pertenencia a un grupo armado así como su participación en los asesinatos.

Pese a la petición de moratoria de la pena de muerte realizada por Naciones Unidas, el gobierno iraquí sigue implacable en la aplicación de su macabra política de ejecuciones. Desde el pasado día 14 de marzo, y según el viceministro de Justicia iraquí, 18 acusados de actividades terroristas han sido ejecutados en Iraq. A estos asesinatos hay que sumar los cuatro acaecidos ayer.

Además de estas prácticas bárbaras que suponen la violación del primer y fundamental derecho humano, hay que añadir la probada inexistencia de un sistema judicial en Iraq que pueda ser definido como tal. No hay más que recordar las declaraciones de Maliki en las que manifestaba su malestar contra los abogados que representan a los detenidos : “[…] Sé que muchos abogados, a los que admiro y aplaudo, se mantienen firmes en su rechazo a representar a terroristas, asesinos y criminales, pero me entristece que algunos se presentan ante los tribunales para defender a un asesino o a un criminal, como ocurrió en el caso del tirano de Iraq Saddam Huseín”, afirmó.

En 2012, el número de ejecuciones en Iraq fue de 129, lo que le sitúa entre los tres países del mundo en los que se llevan a cabo un mayor número de ejecuciones. No solo el gobierno iraquí sigue haciendo oídos sordos a las peticiones de la comunidad internacional de detener esas ejecuciones sino que además ha manifestado, a través de Hasan al-Shamari, ministro de Justicia iraquí,  que “[…] El Ministerio seguirá adelante con las ejecuciones para vengar a las familias de las víctimas”, según se puede leer en la página web del Ministerio de Justicia, un ministerio que se sustenta en la venganza, como su máximo representante declara, y no en un sistema de leyes y en la aplicación de las debidas garantías procesales y jurídicas, como debiera ser en esa democracia que afirman estar instaurando esos los mismos que llevan a cabo las ejecuciones.

Por otra parte, la posición de Europa es de la máxima hipocresía. Mientras Catherine Aston, Alta Comisionada de la Unión Europea para Asuntos de Exteriores y Política de Seguridad, llama al cese de la aplicación de la pena de muerte en Iraq (para que pueda acceder al Segundo Protocolo Opcional de la Convención Internacional sobre Derechos Políticos y Civiles) Europa, al mismo tiempo, sigue adelante con el Acuerdo de Asociación y Cooperación Unión Europea-Iraq.

Una nueva víctima mortal por tortura en el Iraq ‘liberado’: un nuevo regalo de Maliki al pueblo iraquí con motivo del Año Nuevo

1 enero, 2013

Great Iraqi Revolution

31 de diciembre de 2012

El detenido Omar Ibrahim Mzaal Al Korwy fue torturado hasta morir durante su interrogatorio en la Oficina contra el Crimen de Baquba (provincia de Dyala).

Al negar ante el juez todas las acusaciones contra él el juez ordenó reabrir la investigación. La seguridad del Estado lo trasladó a la Oficina contra el Crimen en Baquba donde continuaron las torturas y las palizas a manos de los interrogadores para extraer una confesión falsa. Debido a que  Omar se negó a firmar lo que le pedía, siguieron torturándolo con palizas y descargas eléctricas hasta que lo mataron. Dios se apiade de él.

Este es el regalo de Maliki y su seguridad al pueblo de Iraq con motivo del Año Nuevo.

Fuente

 

El secuestro de menores crece en Iraq: Otro legado de la ocupación anglo-estadounidense

20 diciembre, 2012

Pulsa Play para escuchar el texto
[audio http://www.iraqsolidaridad.org/audio/secuestro_menores_en_Iraq.mp3]

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Dirk Adriaensens, 28 de noviembre de 2012

Traducido para IraqSolidaridad y Tribunal BRussells por Paloma Valverde

“Los niños, además, son secuestrados para el lucrativo negocio de tráfico de órganos humanos”

Casi un año después de la ‘retirada’ de las tropas del ejército estadounidense, la seguridad no ha mejorado en Bagdad; las familias viven sumidas en el miedo debido al dramático incremento del número de secuestros de niños. Esos secuestros tienen distintos objetivos: algunos sirven para financiar a grupos terroristas pero a los niños, además, se les secuestra para el lucrativo negocio de tráfico de órganos humanos.

El 6 de noviembre 21 niños fueron secuestrados en diferentes lugares de Bagdad.El 6 de noviembre, 21 niños fueron secuestrados en diferentes lugares de Bagdad.

Una fuente de seguridad reveló que en un solo día, el 6 de noviembre, 21 niños resultaron secuestrados en diferentes lugares de Bagdad. “[…] Recientemente se ha producido un incremento en el número de secuestros de menores en todos los barrios bagdadíes”, afirma la fuente, que añadió que no hay números precisos, pero que en las dos últimas semanas se han producido hasta 30 secuestros de niños. Además, precisó que la mayoría de los secuestros los han perpetrado bandas de organizaciones criminales. Algunos grupos armados secuestran niños para financiar sus operaciones, especialmente Al Qaeda, porque últimamente las fuerzas de seguridad han tenido bastante éxito en despojarlos de sus recursos al evitar las donaciones desde el exterior de Iraq.

Parece que no solo los niños de las familias acaudaladas son objeto de los secuestros; muchos de ellos se han producido en los barrios periféricos y en las zonas pobres de la capital, como los barrios de al-Ubaidi, Ciudad Sáder, Bagdad al-Jadida y Abú Dishir; también en la zona de al-Kar en los distritos de al-Dura, al-Baya, al-Furat, al-Raduaniya, Abú Ghraib, al-Taji, al-Shula y Al-Hurriya.

Jamil Hasan, mando policial, declaró que de agosto a septiembre cerca de 20 niños fueron secuestrados en Bagdad, pero añadió que no se dispone de cifras concretas. Muchos de los casos no se dan a conocer porque sus familiares temen la represalia de los secuestradores.

Las sumas que abonan las familias varían entre los 20.000 [unos 15.000 euros] y los 100.000 dólares [más de 75.000 euros] en función de la situación económica de la familia, que los secuestradores conocen de antemano. Hasan aseguró que este exceso de secuestros ha convertido el hecho de un acto criminal en un fenómeno social. En algunos casos los secuestros están relacionados con las drogas.

Desde 2003, los niños han padecido secuestros en Iraq. Los niños son muchos más fáciles de mantener en cautividad, y los miembros de sus familias —e incluso las comunidades más amplias— están mucho más dispuestos a ayudar económicamente a la familia directa del niño para pagar el rescate. Dada la relativa facilidad que supone secuestrar a un niño en comparación con el secuestro de un adulto, la táctica criminal es probable que continúe.

Algunos secuestradores asesinan a la víctima inmediatamente y piden un rescate a continuación. Maulud Muhammad, un niño secuestrado, apareció en las inmediaciones del río en la zona sur de Bagdad después de que su familia pagara un rescate de 50.000 dólares [unos 35.000 euros].

Sawan al-Ubaidi, investigador social, afirma que las niñas secuestradas son violadas primero y luego asesinadas, incluso después de que la familia haya pagado el rescate. Uno de esos casos es el de Hana al-Husaini, de 12 años, secuestrada en la puerta de su casa, en el barrio bagdadí de al-Karrada. Su cuerpo fue hallado abandonado en la calle después de haber sido violada.

Algunos políticos y muchos ciudadanos creen que el secuestro de niños no es una actividad ‘espontánea’, que hay un plan político detrás de los secuestros. Asli Shubar, miembro de la comisión de derechos humanos del parlamento iraquí, está convencido de que las organizaciones terroristas están detrás de estos crímenes recurrentes y de que debe de haber un plan de elementos extranjeros detrás de este fenómeno. Esta sospecha queda reforzada por los falsos intentos y amenazas de secuestro, que ocurren de manera muy frecuente y que provocan un ambiente de terror.

Una fuente anónima del Ministerio del Interior aseguró que el asunto es mucho más grave que el hecho de unos secuestros para cobrar un rescate porque las bandas organizadas que actualmente operan en Iraq están controladas por traficantes de seres humanos y por personas que trabajan en el negocio de la prostitución. No se trata sólo de vender a las niñas para prostituirlas, es más por el negocio de órganos o bien secuestran a las niñas para dejarlas embarazadas y vender a los bebes en el mercado internacional.

Sea cual sea el motivo de los secuestradores, las consecuencias se pueden prever con facilidad: un descenso en la asistencia al colegio; los niños tienen que estar encerrados en casa; los padres viven en constante estado de temor y tienen que acompañar a los niños a cualquier sito, etc. En tales circunstancias es imposible devolver a la normalidad la vida comunitaria, y a toda una generación de niños y adolescentes les resulta imposible recibir una educación decente, pero quizás sea exactamente ésta la intención: mantener a toda la población iraquí en un constante estado de miedo y caos.

Los huérfanos iraquíes son extremadamente vulnerables y un objetivo fácil para las bandas criminales. Un reciente estudio en Iraq, publicado por la BBC el pasado 28 de noviembre, revela que entre 800.000 y un millón de niños iraquíes han perdido a sus dos progenitores. Según los trabajadores sociales, esta cifra es un cálculo conservador respecto a los cientos de niños que han crecido a la sombra de la violencia. El tremendo aumento del número de niños huérfanos ha generado una crisis social en un país en el que hay menos de 200 trabajadores sociales y psiquiatras para una población que antes era de 30 millones y que carece de leyes de protección de los menores. Responsables políticos afirman que la tan necesitada legislación al respecto está retenida por las peleas sectarias en el parlamento. Mientras tanto, esos huérfanos siguen siendo secuestrados por los traficantes de órganos o vendidos por sus órganos. Los grupos terroristas que secuestran niños los obligan a trabajar para ellos.

Los secuestros con la finalidad de obtener un rescate son moneda común en diversas partes del mundo, y algunas ciudades y países se las califica como “la capital o el país mundial del secuestro”. En 2007 ese título correspondió a Iraq (en 2006 Iraq ocupaba el segundo lugar del ranking), con una cifra estimada de 1.500 extranjeros secuestrados. En 2004, el título lo ostentó México y en 2001 Colombia, pero a pesar de que los secuestros suceden en todas partes del mundo, este fenómeno era inexistente en Iraq antes de la invasión de 2003, por lo que el gobierno estadounidense es el responsable absoluto de los secuestros que suceden en el Iraq tras la ocupación.

El secuestro es también una táctica común en la guerra contraterrorista en América latina. La reputación de la Escuela Estadounidense del Ejército de las Américas (SOA en sus siglas en inglés) quedó permanentemente manchada después de la publicación en 1996 de documentos relativos a manuales de entrenamiento. Estos manuales aportan pruebas documentadas de que los instructores de la SOA habían enseñado y defendido métodos de tortura, extorsión, secuestro y ejecución en las guerras contraterroristas. El Pentágono afirmó que los manuales contenían algunos pasajes aislados ‘reprobables’ y siguió una larga pauta de negación de los hechos argumentando que los manuales no habían sido debidamente publicados y que no representaban la política del gobierno estadounidense. Tomando en cuenta los datos históricos, esos argumentos no fueron creíbles.

En la década de 1980, la SOA se convirtió en un símbolo de la política exterior estadounidense en América Latina. Por entonces, muchos de los que se licenciaron en la SOA ya eran considerados indeseables en sus propios países por sus dirigentes o por su implicación en salvajes campañas de contrainsurgencia y violaciones atroces de los derechos humanos. La SOA era conocida en la región como la Escuela de asesinos o la Escuela de los golpistas de Estado. Los nombres de los licenciados resultan muy conocidos en América Latina: el dictador Hugo Banzer de Bolivia, quien tomó el poder en un golpe de Estado sangriento; Leopoldo Galtieri, general argentino y miembro de la Junta en la década de 1980; Roberto d’Aubuisson, dirigente de los escuadrones de la muerte salvadoreños; el general Efraín Ríos Montt, el organizador de las masacres de campesinos indígenas como dictador de Guatemala; el chileno Miguel Krassnoff, oficial de la DINA y torturador, y la lista continúa.

La Comisión de la Verdad de Naciones Unidas sobre El Salvador llegó a la conclusión de que 60 oficiales salvadoreños eran los responsables de las peores atrocidades cometidas en su país durante la guerra sucia; más de 60.000 oficiales latinoamericanos habían sido entrenados en la SOA y, como todos sabemos, muchas de esas personas fueron enviadas a Iraq a partir de 2003. Muchos miembros de las milicias iraquíes, que fueron entrenadas y armadas por esos criminales, siguen todavía paseándose libremente por las calles iraquíes. Como sus pagadores estadounidenses han abandonado el país, se han quedado sin fondos, así que ¿Por qué no conseguir algo de dinero secuestrando niños? Después de todo durante estos años de actividad salvaje de los escuadrones de la muerte se han olvidado de su moralidad.

Desde 2003, los iraquíes están aterrorizados por los secuestros de niños puesto que los invasores estadounidenses organizaron el caos y un Estado sin ley de manera deliberada con el desmantelamiento de la policía y el ejército iraquí. En octubre de 2003, Oliver Burch, director para Iraq del programa cristiano de ayuda de emergencia, afirmó que muchos iraquíes le habían informado de un alarmante incremento del número de secuestros: “[…] El desempleo es el mayor problema y la situación económica empuja a la gente a cometer crímenes. La reciente policía que se ha creado no cuenta con el respeto de la población porque está asociada con los estadounidenses que cada vez tienen un mayor rechazo en el Iraq de hoy”, afirmó y añadió que: “[…] Los llamados libertadores deberían, como mínimo, haber traído seguridad. Fueron ellos quienes hicieron posible que los ladrones se apoderaran de todo. No hicieron nada para detener el pillaje. Todo el mundo intentaba no salir de casa; si poseías un coche decente, eso podría costarte la vida”. Como consecuencia de ello, alrededor de un 50% de los niños no iban al colegio, según datos del portavoz de Save the Children en Reino Unido.

Desde entonces la prensa ha publicado mucha información sobre los secuestros, pero no se ha hecho nada para solucionar el problema y, desde luego, las fuerzas de la ocupación no han hecho nada: No se han resuelto muchos casos de secuestro, a pesar de que las autoridades iraquíes afirman que sus fuerzas de seguridad aumentan de forma gradual su capacidad para resolver el problema.

No obstante, no cabe duda de que el problema no se resolverá jamás mientras el gobierno de Iraq esté dirigido por Maliki y sus milicias. En octubre de 2010, Al Jazeera publicó algunos documentos secretos. Uno de ellos era muy revelador:
“[…] En octubre de 2006, una unidad del ejército iraquí  robó reiteradamente a una serie de vecinos de un barrio sunní del oeste de Bagdad. La unidad fue detenida el 11 de octubre y afirmaron ante quienes los detuvieron que actuaban bajo el mando del primer ministro iraquí, Nuri al-Maliki.

En los documentos filtrados por Wikileaks se puede leer: “La patrulla 1/5/6 detiene a 2X IA M1114s y a una camioneta ocupada por 17X LN con uniformes y equipamiento de la IA. Las órdenes de detención de los 17 individuos y vehículos se deben a los informes de días atrás que informaba que la patrulla 2X IA M1114 perpetraba robos en las zonas de Mansur y Washash por la lucha por el espacio del 5/6 […] Los detenidos afirmaron pertenecer a las fuerzas de seguridad bajo mando directo del primer ministro.”

La unidad parecía ser un tipo de ‘escuadrón de detenciones’ que actuaba bajo la autoridad de Maliki. Un responsable del Ministerio de Defensa apareció varias horas después y apeló a Estados Unidos para que soltaran a los hombres, afirmando que su acción estaba “[…] dirigida por el primer ministro Maliki”.

Esto es una prueba suficiente de la naturaleza criminal de las fuerzas de seguridad de Maliki y de ello hay constancia en un documento oficial.

Leila Zerrougui, representante especial para los niños en situación de conflicto armado, debe investigar con toda urgencia el incremento de los secuestros infantiles en Iraq y determinar quién es el responsables de estas gravísimas violaciones de la Convención de los Derechos del Niño de Naciones Unidas. Estados Unidos, por supuesto, no ha firmado esta Convención: para ellos los niños iraquíes son seres humanos insignificantes, pero para Iraq esos niños son el futuro.

Texto original en inglés

Al-Maliki contra los abogados que representan a los detenidos

29 noviembre, 2012

Haifa Zangana, 9 de octubre de 2012

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Al-Maliki está “triste” y molesto porque hay abogados iraquíes que están dispuestos a representar a los detenidos, a quienes antes del juicio al-Maliki ya califica de “criminales y terroristas”

Estoy triste porque algunos [abogados] se presentan ante los tribunales para defender a un asesino o a un criminal

Con motivo del 79 aniversario de la fundación del Sindicato de abogados, el primer ministro Nuri al-Maliki expresó su malestar y descontento por el hecho de que haya abogados iraquíes que están dispuestos a representar a los detenidos. Al-Maliki, en clara violación de la legalidad iraquí e internacional, describió a los detenidos como “criminales y terroristas”.

“[…] Sé que muchos abogados, a los que admiro y aplaudo se mantienen firmes en su rechazo a representar a terroristas, asesinos y criminales, pero me entristece que algunos se presentan ante los tribunales para defender a un asesino o a un criminal, como ocurrió en el caso del tirano de Iraq Saddam Huseín”, afirmó.

La declaración de al-Maliki es un clarísimo intento de intimidar a los abogados para que no defiendan a las víctimas de las detenciones y arrestos ilegales. Al-Maliki ejerce una enorme presión sobre los abogados que luchan por practicar una profesión que supone una amenaza para sus vidas.

El sindicato de abogados de Iraq ha dado a conocer que 103 abogados fueron asesinados entre 2003 y 2008, pero el número actual de asesinados podría ser el doble puesto que no se informa de todos los casos que acaecen. El Sindicato, que tiene alrededor de 50.000 afiliados, carece de cifras sobre las víctimas a partir de 2008.

Texto original

El principio de precaución puesto en práctica. Contra la aceptación de las armas de uranio empobrecido

13 noviembre, 2012

Coalición Internacional para la Prohibición del Uranio Empobrecido, 1 de octubre de 2012
IraqSolidaridad

Traducido del inglés para IraqSolidaridad por Nadia Hindi y Paloma Valverde
Edición: IraqSolidaridad

La traducción que presentamos a continuación es un resumen realizado por los autores de su propio informe, el cual va dirigido a los responsables políticos y activistas y valora la aceptabilidad de las armas de uranio empobrecido mediante las interpretaciones más comunes del principio de precaución. Se plantea si el criterio de precaución debe aplicarse al uranio empobrecido y si su uso podría ser compatible con los valores de precaución.
[El texto completo en inglés, en formato pdf, está disponible aquí]
IraqSolidaridad

Bombas de racimo

Bombas de racimo

Introducción
Las armas de uranio empobrecido han supuesto una controversia añadida a los arsenales de armas convencionales desde que se iniciara su desarrollo con la Guerra Fría. En los últimos años la oposición a su uso ha variado en intensidad, aunque esta oposición ha tendido a estar estrechamente relacionada con el despliegue de las armas de uranio empobrecido en los conflictos bélicos. Sin embargo, a lo largo de todo este periodo ha quedado claro —gracias a los debates parlamentarios y, más recientemente, a los proyectos de ley, mociones y resoluciones adoptadas— que el uso de munición con uranio empobrecido es, para la mayoría de las personas, esencialmente inaceptable.

La estigmatización de las armas inhumanas e inaceptables ha sido clave para extender el alcance de los tratados internacionales que prohíben las minas antipersona y las bombas de racimo. Sin embargo, mientras el uranio empobrecido ha mostrado, hasta cierto punto, como un arma autoestigmatizada — las pruebas de ello han quedado claramente demostradas por las enérgicas estrategias promocionales de sus defensores—, la dificultad de establecer una relación causal entre su utilización y las consecuencias en los seres humanos requiere un enfoque diferente al que se ha aplicado históricamente a las armas explosivas para poder juzgar su aceptabilidad.

A lo largo de los últimos tres años, la Coalición Internacional para la Prohibición del Uranio Empobrecido (ICBUW en sus siglas en inglés) ha aplicado el enfoque preventivo sobre diferentes aspectos de lo que sigue siendo un problema complejo: desde lo que se sabe sobre el uranio empobrecido como material y cómo se regula en tiempos de paz, hasta cómo y dónde se utiliza en los conflictos, cómo se gestiona tras la finalización de los conflictos y, lo más importante, los cálculos de costes y beneficios con relación a su utilización.

El objetivo de este informe es analizar los resultados de la investigación de la ICBUW sobre la prevención, así como, ese es nuestro deseo, proporcionar a los legisladores medios accesibles para valorar la aceptación del uso del uranio empobrecido en las armas convencionales.

¿Un papel para la prevención?
«[…] Cuando una actividad representa una amenaza dañina para la salud del ser humano o del medio ambiente, las medidas cautelares se deben tomar a pesar de que algunas relaciones de causa y efecto no estén completa y científicamente establecidas.»Comisión Europea.

Desde el principio, la ICBUW ha considerado que cualquier enfoque preventivo exigiría una evaluación exhaustiva de las propiedades del uranio empobrecido, la naturaleza de su utilización en los conflictos y las limitaciones en la gestión de la contaminación tras el conflicto. Además, considerábamos que las indicaciones de las líneas a seguir debían derivar de una evaluación crítica del coste sobre la población civil y sobre los gobiernos afectados, así como de los beneficios que los ejércitos reclaman por su utilización.

Ejemplos tomados del Derecho medio ambiental, del Derecho humanitario internacional y de la Convención sobre municiones de racimo demuestran que, aunque en el mundo no se ha aceptado legalmente ninguna interpretación del principio de prevención, el pensamiento y los enfoques de prevención se han generalizado en los ámbitos pertinentes y en los campos relativos a la ley y a las normas.

En tiempos de paz, el punto de vista preventivo es ahora la norma para reducir la exposición del hombre a las sustancias peligrosas. A medida que el legado del uranio empobrecido perdura más allá del final de los conflictos, es razonable sugerir que tal enfoque está justificado de cara a proteger la salud humana. Sin lugar a dudas también se pueden extraer lecciones de cómo los gobiernos gestionarían las emisiones de uranio empobrecido a gran escala en virtud de sus propios marcos normativos nacionales.

La ICBUW considera que actualmente se dispone de las suficientes pruebas para ir más allá del umbral de lo plausible, es decir, que a pesar de que puedan quedar ciertas dudas, se conoce lo suficiente acerca de la naturaleza de los riesgos potenciales para la población civil y de los costes de la no actuación, para apoyar la adopción de un enfoque preventivo.

La ICBUW no es la única que aboga por enfoque basado en la prevención. La Royal Society de Reino Unido propuso una serie de medidas preventivas en respuesta a las dudas científicas que surgieron a raíz de la detallada investigación sobre los potenciales efectos del uso de uranio empobrecido en la salud. Del mismo modo, el Programa medio ambiental de Naciones Unidas, tras su investigación en las zonas de los Balcanes en las que se atacó con uranio empobrecido, hizo un llamamiento específico para llevar a cabo una labor preventiva mediante programas de sensibilización sobre los riesgos y la descontaminación. En 2010, en un informe dirigido al Secretario general de Naciones Unidas, se volvió a realizar el mismo llamamiento. La OMS también publicó una serie de directrices preventivas de cara a reducir los riesgos para la población civil en las zonas en las que se ha utilizado uranio empobrecido.

Efectos del uranio empobrecido. (Dr. Jenan Hassan)

Efectos del uranio empobrecido. (Dr. Jenan Hassan)

¿Es un peligro el uranio empobrecido?
«[…] el Ministerio de Defensa [británico], basándose, entre otros, en los informes de la Royal Society, no considera que el uranio empobrecido sea ‘seguro’. Es peligroso (considerando la distinción aceptada entre salud y seguridad y los conceptos de peligro y riesgo)». Dr. Liam Fox, Ministro de Defensa del Reino Unido, 2011.

La toxicidad química y la radioactividad del uranio empobrecido se reconocen como peligrosas cuando se combinan con su tendencia a la combustión y a formar partículas de un tamaño que hacen que se inhalen en la respiración. El uranio empobrecido se ha estudiado en profundidad y se han llevado a cabo gran cantidad de investigaciones —muchas de ellas a cargo de los militares estadounidenses— que indican que el uranio empobrecido puede tener un impacto sobre la salud gracias una variedad de diferentes mecanismos químicos y de radiación inducida. Gran parte de estas investigaciones son posteriores a la muy citada monografía de la OMS sobre los riesgos del uranio empobrecido y al estudio de la Royal Society de Reino Unido.

Al ser desechos radioactivos de nivel medio, su almacenamiento, uso, transporte y eliminación está muy regulado en tiempos de paz. Las normas civiles de protección frente a la radiación intentan evitar, siempre que sea posible, exposiciones innecesarias así como que cualquier exposición debe estar justificada sobre la base de unos beneficios mayores.

A través de programas de sensibilización sobre los riesgos y llevando a cabo el control sanitario necesario, el ejército ha adoptado un punto de vista preventivo para evitar las exposiciones innecesarias al uranio empobrecido. Quienes están en relación con el uranio empobrecido se enfrentan a retos considerables cuando se ven obligados a actuar dentro de las regulaciones sanitarias y medio ambientales en tiempos de paz.

Por lo tanto, parece que la naturaleza intrínsecamente peligrosa del uranio empobrecido está aceptada, y que su dispersión descontrolada o accidental en el medio ambiente se considerada de manera generalizada como algo no deseado.

Descontrolado e impredecible. Factores que influyen en los riesgos para la población civil por el uso del uranio empobrecido
«[…] En las guerras las circunstancias varían enormemente y son tan indefinibles que hay que valorar una amplia gama de factores, especialmente a la luz de las simples probabilidades».Carl von Clausewitz.

El uso del uranio empobrecido conlleva dudas significativas, y a pesar de que su resolución sea improbable, algunas de ellas se pueden evitar, —por ejemplo, la oportuna publicación de los datos buscados o evitar el uso del uranio empobrecido en zonas civiles— aunque la mayoría de estas dudas tienen más que ver con la propia naturaleza de las armas y su modo de utilización. Esto provoca una gran variabilidad en los riesgos probables en los diferentes lugares en los que se han producido ataques con uranio empobrecido, lo que plantea el riesgo de afirmaciones generalistas, que a menudo se esgrimen con el fin de desechar los temores respecto a la contaminación por uranio empobrecido, y subrayan la importancia de la recopilación de datos específicos y el análisis de los riesgos en cada zona.

La reciente utilización del uranio empobrecido ha sido en zonas pobladas, lo que ha provocado que los civiles tengan que enfrentarse a la contaminación provocada por armas diseñadas para escenarios militares muy distintos. El hecho de que no haya mecanismos internacionales establecidos para financiar y llevar a cabo los trabajos de limpieza del terreno, reafirma el hecho de que los civiles se enfrentan a un mayor riesgo de exposición. El temor a la radiación, particularmente cuando existe un vacío de información o falta de confianza, aumenta la probabilidad de politización del uso de uranio empobrecido que, a su vez, reduce la probabilidad de que se pueda realizar una campaña efectiva de sensibilización sobre los peligros que entraña. Incluso en las raras ocasiones en las que la contaminación con uranio empobrecido se gestiona adecuadamente, el legado psicológico que deja perdurará en las comunidades afectadas.

La liberación descontrolada de uranio empobrecido en situaciones de conflicto no sólo viola las normas de protección frente a la radiación, sino que además representa un desafío para los ‘diseñadores’ de riesgos. El riesgo de la exposición civil a los residuos de uranio empobrecido se incrementa notablemente por factores que, en cierta medida, son constantes en el medio ambiente del postconflicto. La capacidad institucional, la experiencia técnica, el disponer de equipos de análisis, los recursos económicos limitados y una serie de problemas medio ambientales y sanitarios compiten en importancia; todos ellos suponen retos para los intentos de remediar de manera segura la contaminación con uranio empobrecido y la aceptación de su uso.

Cuantificar el riesgo y dar respuesta a las dudas
“[…] La falta de pruebas científicas sobre la existencia de una relación de causa-efecto, una relación cuantificable entre dosis-respuesta o una evaluación cuantitativa de la probabilidad de la aparición de efectos adversos tras la exposición, no se debe utilizar para justificar la falta de acción. Comisión Europea.

Los requerimientos actuales para mantener la aceptación de las municiones recubiertas uranio empobrecido han tenido como resultado la proyección de un punto de vista simplista respecto a los peligros que sobre la salud representa el uranio empobrecido.

Los datos sobre la toxicidad química del uranio están ilustrados con muchos estudios anteriores al desarrollo de los métodos analíticos modernos. La misma ciencia de la toxicología está actualmente en situación de renovación, puesto que pretende aportar datos más complejos y detallados sobre las sustancias. Del mismo modo, los avances recientes en la comprensión de los medios por los cuales la radiación interactúa con los procesos celulares y los mecanismos de reparación han puesto de manifiesto que el modelado de la dosis estimada y de los límites seguros de exposición a la radiación interna están cargados de incertidumbre. En gran medida resulta sorprendente cómo desde el descubrimiento de la radiación los límites establecidos de exposición [máxima] se han ido reduciendo. Aunque hayan sido políticamente útiles para enviar un mensaje claro sobre la seguridad del uranio empobrecido, la ciencia no los apoya.

Las dudas y las lagunas en los datos necesarios para llevar a cabo una evaluación detallada de los riesgos del uranio empobrecido para los civiles parecen haberse traducido en la caracterización precisa del riesgo imposible. Como resultado, hay razones de peso para pensar que se ha sobrepasado el umbral de precaución.

Así como la incertidumbre sobre la caracterización precisa de los riesgos no se debe utilizar para justificar la falta de actuación, los usuarios no deben interpretar la ausencia de datos epidemiológicos detallados en Iraq y en otros lugares para apoyar el uso actual de las armas con uranio. Los Estados que utilizan uranio empobrecido raramente mencionan la complejidad de este tipo de estudios pero les son muy familiares a los médicos e investigadores que han buscado la verdad sobre el daño potencial que las municiones de uranio empobrecido provocan a los civiles.

Costes y beneficios
“[…] El análisis de los pros y los contras no se puede reducir a un análisis económico de los costes y beneficios. El alcance es mucho más amplio e incluye consideraciones no económicas. […] La protección de la salud pública debería, sin lugar a dudas, tener un peso mucho mayor que las consideraciones económicas.” Comisión Europea.

Un análisis de los costes y los beneficios del uso del uranio empobrecido considera la utilidad de las armas lanzadas contra la salud, la carga psicológica y de gestión que imponen a los Estados afectados, los costes del ciclo de vida asociado con la fabricación, el desarrollo y las pruebas y, finalmente, la aceptación pública de la utilización de materiales radiactivos en armas convencionales estratégicamente exagerada.

La práctica de los Estados y las recientes decisiones de contratación, parecen apoyar la afirmación de que su utilidad se ha exagerado, debilitando así la justificación principal promovida por los Estados para apoyar el uso del uranio empobrecido. Contrariamente a las esperanzas de quienes utilizan el uranio empobrecido, la aceptación del público respecto a esta sustancia no ha aumentado con el tiempo, una tendencia que no es probable que cambie mientras se llevan a cabo más trabajos para documentar su legado en los Estados afectados y se realizan más investigaciones sobre la interacción del uranio empobrecido con el cuerpo humano.

A pesar de que los ejércitos de Estados Unidos y el Reino Unido parecen haber aprendido algunas lecciones a raíz de las preocupaciones sobre las potenciales consecuencias del uso de uranio empobrecido en la salud de las tropas y de la población civil, sería ingenuo esperar que esas lecciones se tomen en cuenta en las decisiones futuras sin presión externa que les exija hacerlo, ya sea una presión política o una obligación legal.

¿La precaución puesta en práctica?
“[…] Si en la Conferencia de Armas de 1979 se hizo una propuesta para la prohibición del uso de uranio empobrecido debería haber margen para considerar si debemos proponer, como alternativa, restricciones en el uso de dichas municiones […] Las dificultades, en términos de verificación, de una propuesta de este tipo son, por supuesto, considerables. Oficina de Asuntos Exteriores y de la Commonwealth del Reino Unido.

Los problemas descritos a lo largo de este informe son intrínsecos a la naturaleza del uranio empobrecido y a su modo de utilización en las armas, por lo tanto no hay soluciones tecnológicas rápidas que podrían resolverlos. Los modelos de los enfoques preventivos que se sugirieron en el pasado ponen demasiado peso en las opiniones legales y en los controles voluntarios sobre el comportamiento adecuado, lo que la práctica estatal anterior sugiere que serviría de poco para limitar los problemas más graves asociados con el uso de uranio empobrecido. Una regulación más estricta podría ser una posible vía a explorar, pero esto requeriría un nivel de transparencia que, hasta ahora, no ha existido.

Por lo tanto, es razonable concluir que una moratoria voluntaria, que aunque potencialmente útil como parte de un proceso para la futura estigmatización de las armas de uranio empobrecido, no sería lo primordial en medidas de prevención, a pesar de una prohibición mundial del uso de uranio en todas las armas convencionales.

Como tienen mucho que perder con la prohibición de las armas de uranio empobrecido, es comprensible que históricamente los ejércitos hayan intentado influenciar al máximo en la discusión sobre su aceptabilidad. Sin embargo, esta es una situación moralmente insostenible, ya que es poco probable que quienes utilicen el uranio empobrecido entreguen voluntariamente un medio de guerra que consideran valioso. Sin embargo, cuando esas armas afecten de manera abrumadora a todos aquellos que no son parte en un conflicto, y les siga afectando mucho después del cese de las hostilidades, ello planteará cuestiones de aceptación moral y política; preguntas que aquellos que tienen un interés creado en mantener las armas de uranio empobrecido no están en situación de responder.

El uranio empobrecido es un asunto complejo y polémico. Sin embargo, para todos los argumentos científicos y técnicos hay un principio muy simple en juego: ¿Es políticamente aceptable en una guerra convencional lanzar grandes cantidades de un metal pesado, químicamente tóxico y radiactivo, que la mayoría de las personas reconoce como peligroso?

A lo largo de nuestra investigación sobre uranio empobrecido, la ICBUW ha sido consciente de la aparición de un área temática más amplia relacionada con el impacto humanitario y medio ambiental del legado tóxico de las actividades militares, lo que ha incluido los medios a través de los cuales los componentes se evalúan respecto al comportamiento tóxico y medio ambiental antes de su uso, el papel de los enfoques preventivos para la salud de la población civil debido a las limitaciones en el control e intervención posterior a los conflictos y la asistencia; la necesidad de una capacidad analítica y de soluciones por parte de los expertos para gestionar los restos tóxicos de la guerra y, por último, un reconocimiento de la responsabilidad estatal respecto al legado medio ambiental y sobre la salud debido a las sustancias tóxicas liberadas o abandonadas durante el conflicto. La aceptación por parte de los Estados de la necesidad de resolver estos asuntos podría ser un resultado positivo en el desarrollo y utilización de las municiones de uranio empobrecido.

Recomendaciones
1. Adoptar una política preventiva
Basándose en el potencial dañino sobre la población civil, el uso histórico de municiones de uranio empobrecido en zonas civiles y contra los bienes de carácter civil, y los costes y las dificultades técnicas inherentes a su solución, los Estados deberían apoyar los llamamientos para adoptar una política preventiva respecto a las armas de uranio empobrecido y considerar seriamente la posibilidad de una moratoria voluntaria de su uso.
2. Una mayor comprensión del daño que recae en la población civil
Puesto que el daño está perfectamente documentado, los Estados deben reconocer que los riesgos para la población civil debido al uso de las municiones [con uranio empobrecido] no se limitan a los riesgos de explosión. El control de la salud y el legado medio ambiental de las sustancias tóxicas y radiactivas es un reto, por lo tanto, las soluciones de deben buscar en la prevención sanitaria y en las normativas nacionales vigentes de protección medio ambiental.
3. Proporcionar asistencia técnica y humanitaria
Los usuarios de uranio empobrecido y los Estados afectados deben reconocer su obligación de proteger a los civiles del legado del uranio empobrecido tras el conflicto. Una mayor transparencia respecto a dónde se han utilizado las armas y en qué cantidad, es de la máxima urgencia como un primer paso hacia la aplicación de medidas globales para la reducción de los riesgos y la descontaminación. La comunidad internacional debería prestar ayuda técnica y económica a los Estados afectados, tanto para los programas de salud como para ayudar en la evaluación y en la gestión eficaz de los materiales contaminados.
4. Evaluación de otros materiales y prácticas
Como parte del desarrollo de un marco normativo para la protección de los civiles durante y después de las situaciones de conflicto, los Estados deberían considerar una gama más amplia de materiales militares y prácticas que pueden provocar la contaminación del medio ambiente y cuyo legado perdura más allá del cese de las hostilidades. También se deben de tener en cuenta los mecanismos para financiar y llevar a cabo evaluaciones sobre el impacto medio ambiental, el control de la salud y la búsqueda de soluciones para restos tóxicos tras la guerra.
5. Acelerar la eliminación del uranio empobrecido y considerar los mecanismos necesarios para su prohibición
Si, como parece evidente, el uso de munición de uranio empobrecido se opone tanto a la aceptación pública como a la salud y a las normas de protección radiológica, los Estados deberían acelerar la eliminación de sus arsenales y considerar mecanismos mediante los cuales se prohíba formalmente su uso en armas convencionales.

Texto original en inglés disponible aquí